martes, 6 de abril de 2010

Mi viaje por las corporaciones capitalistas de efectos de pedales

Como convertirse en un guitarrista pelotudo en 7 pasos:

1) Comprar pedales importados a rolete tratando de imitar a nuestros ídolos ingleses, gastando mucha, pero mucha plata, ponerlos en un tabla de madera con abrojo:



2) Comprar más pedales importados de tipo booster, ya que, a pesar que los comprados son exactamente los utilizados por nuestros ídolos ingleses, nuestra guitarra pierde señal y aparecen como por arte de magia diez mil kilombos nuevos: de ruido, de volumen, de perdida de tono.



3) Ya casi lo tenemos, reapareció el tono con el pedalito blanco que tanto dinero nos costó. Nos sentimos eufóricos, después de 3 años de búsqueda aparece una luz en el camino. Los ruidos continúan, tenemos tono pero prendemos las distos y todo se va a la mierda. Investigamos. Debemos pasar a “TRUE BY PASS” todos aquellos pedales carísimos que compramos ya que de fábrica vienen re-berretas, no lo entendemos, nos indignamos. Los pasamos a True By Pass en lo de el amigo Andrés Galeotti, Andrés nos recomienda probar unos pedales que el fabrica. NO LE DAMOS PELOTA, compramos un 2do pedal de booster "amarillito" que aumenta aún más la señal de la viola y sale una ponchada de pesos.




4) Listo, con los pedales “truebupasseados” por Andrés enchufamos la guitarra y ¡A disfrutar! Por la noche tomamos un antidepresivo que nos haga olvidar, al menos por unas horas, la camionada de plata que ya hemos gastado y la guitarra sigue sonando medio-medio. Nos mentimos y aducimos el problema a que nuestros ídolos ingleses tienen un “Andrés Galeotti” personal que, encerrado en la mesita de luz de estos monstruosos guitarristas, espera para solucionar problemas, mientras tanto, seguimos agregando pedales y cambios como imbéciles poseídos:




5) Necesitamos una tercer pierna, vamos al cirujano pero el presupuesto que éste nos pasa es inadmisible, ni siquiera vendiendo todas las guitarras, el equipo y los pedales llegamos a la seña del 30% que el cirujano pide para ponerse los guantes descartables, volvemos de nuestro amigo Andrés y, sollozando desahuciados, buscamos la solución a nuestros problemas. Andrés nos palmea la cabeza en un acto de comprensión e insiste con que probemos los pedales que él fabrica. Finalmente, en el único momento de inteligencia que tendremos en nuestras vidas, le hacemos caso y le compramos 2 pedales. Los empezamos a usar con una angustia pavorosa y notamos, como perfectos pelotudos que somos, que los pedales nacionales VAN COMO TROMPADA, los agregamos a la pedalboard y sacamos alguno de los importados con cara de póker. Probamos, probamos, probamos y descubrimos que debemos continuar sacando pedales importados, que no sólo no cumplen ya ninguna función sino que, aparte, molestan en el set up. Le compramos a Andrés un tercer pedal, y un cuarto. Reubicamos la cosa, la miramos sorprendidos y probamos. Como por arte de magia, aparece el sonido que tanto buscamos por más de una década:





6) Guardamos todo lo que sacamos en un gran cajón del mueble del living. El cajón es grande pero son tantos pedales que no entran, hacemos fuerza y logramos cerrarlo:




7) Vamos al psicólogo para que nos saque la angustia y nos deje disfrutar del momento mágico que estamos viviendo sin estar todo el tiempo mirando para atrás. “En la vida hay que mirar para adelante” nos dice, con cara de prócer. Las continuas sesiones de terapia, más la pastillita azul que debemos tomar, más el increíble sonido que conseguimos nos hace olvidar, razonablemente rápido, el tiempo y la plata hasta ahora perdidos.



Si usted es guitarrista de una banda de rock, y vive en la Argentina, debe desechar la idea de suponer que los pedales de efecto para guitarra analogos-vintage que tan caros salen en dólares en las casas de música, sirven para algo. Vaya urgente del amigo Andrés, que hace unos pedales re pulentas. Y no joda más.




http://www.efectoscluster.com.ar/


Por el consejo, no me debe nada.