sábado, 29 de mayo de 2010

La medicina prepaga en la Argentina es barata.





Hoy, cansado de ver como los salames que traje de Villa Elisa se humedecían en lugar de secarse en la ventana de la cocina, decidí entrarlos y envolverlos con papel de diario, ya que, de seguir el clima en esta línea exasperante, deberé tirarlos. Y perderé $100.

Entonces agarré el diario del domingo pasado, busqué la secciones que no leo ni mamado: Turismo y Economía.

Turismo porque nunca tendré un mango, ya lo reconocí en mi interior, para irme de vacaciones, y Economía porque no entiendo que cazzo dicen esos señores que hablan difícil para hacernos equivocar.

Entonces comencé a envolver los salames, uno en cada hoja, y llegué a la portada de Economía del diario La Nación del domingo pasado.

Un señor re-moderno, de traje, con un pelo planchado y larguito vaticinaba:

La medicina prepaga en la Argentina es barata” – Firmado: Claudio Belocopitt.

Entonces me dije: - Si, y yo soy Melinda Culea – Y continué envolviendo salames, cuando de pronto, una sensación de indignación iba apoderándose de mi cuerpo, al punto que comenzaran temblarme las manos y a babear por el costado de mi boca.

Dejé de envolver salames y agarré el suplemento para leer lo que decía éste hipócrita señor de traje.

No les voy a transcribir la nota porque estaría plagiando a prestigioso diario nacional, pero el ñato dice que la medicina prepaga es barata si se la compara con salir a comer, que un tipo se gasta $150 por cabeza en un restaurant y paga $300 por mes de obra social. Que eso es inaudito, que no lo jodan con que baje la cuota, que en realidad, debería subirla.

Busco desesperado más adelante quién es este inimputable y descubro la realidad, es el dueño de Swiss Medical Group. Fa! Buenísimo! Un capo el chabón! Se pagó una nota en el diario porque debe ser que está por aumentar la cuota entonces debe querer calmar de antemano lo que se le va a venir.

No sólo eso dice del costo de la cuota de su prepaga, también dice que este año hicieron una importante inversión (de entre 30 y 40 millones de dólares) y que en 3 o 4 meses comienzan a construir ese sanatorio, a lo que el periodista (viejo zorro) le pregunta: ¿Cuanta plata facturará este año?, y el salame responde: Entre 2.600 y 2.800 millones de pesos. ¿Entendió? Se lo repito, porque seguro que no lo entendió: Factura 2.600 millones y reinvierte 100 millones. ¿Entendió? ¿Seguro?

Y más adelante en la nota, dice compungido, que un socio de su obra social con una enfermedad terminal gasta en 30 días el 80% de lo que gasta en toda su vida de socio, que debería replantearse eso, ya que son discusiones de fondo, muy complejas, cuando la enfermedad es terminal ¿Para qué la obra social debe desenbolsar tanto dinero?, si es al pedo, el socio no se salvará...

¿?¿? ¿?¿?

¿Este tipo es idiota?

¿Este tipo piensa que somos todos pelotudos?

¿Porqué razón nadie nunca dice nada al respecto cuando salen estos poderosos a decir incongruencias?

¿Este hombre sabe que sólo él y su grupo de amigotes va a comer y garpa $150 mangos por cabeza en un restaurante?

Mientras tanto, en la Argentina común y corriente, usted y yo, con mucho sacrificio, pagamos la cuota de nuestra prepaga, en el último minuto antes de que se venza, sin usarla por meses, hasta que un día debemos ir al odontólogo, o nos pescamos un resfrío. Entonces, por esa cita con el odontólogo, pagamos $1200 (porque estuvimos 4 meses sin utilizar ése servicio) y a los 3 o 4 meses pagamos por un resfrío otros $1200.

¿No es genial?

¿No somos todos unos pelotudos?

Que desesperante es ser un simple gil de mierda que debe pagar para poder subsistir.

Y que fácil que la tienen los 3 o 4 vivos que supieron rumbear su vida.

Desde este modesto espacio, demos un caluroso aplauso a Claudio Belocopitt. Un inteligente chabón argentino que supo como hacer para cagarse de risa de todos nosotros.

Para él dedico este escrito.

Sos un capo, Claudio, seguí así!

domingo, 9 de mayo de 2010

Qué lindo que es vivir en Rosario




Hoy fui al parque tempranito, a pesar que me acosté tarde, mi perra eso no lo entiende, no lo asimila, y comienza a lamerme el codo a las 8 de la mañana, sin importarle que sea domingo, pero la quiero mucho como para darle un chancletazo.

Por lo que me cambié y la llevé al parque. Cuando estaba llegando a dicho lugar (Wheelright e Italia) fui desviado por esos simpáticos agentes de tránsito que para lo único que están en la ciudad es para cobrar sobresueldos de las empresas constructoras que los "alquilan" como si fueran caballetes, y para cortar el tránsito cuando un grupo de energúmenos deciden salir a correr desesperados por ahí abajo.

Me la banqué, debo admitirlo, cuando vivía exactamente ahí me enervaba mucho más esta situación, pero ahora me mudé y no me jode tanto.

Mientras mi perra jugueteaba con un dálmata manco, se escuchaba a lo lejos, allá por donde están los silos de colores, a un desequilibrado mental que, a los gritos por un micrófono, alentaba a los 4.500 participantes de éste simpático entretenimiento dominguero que ya se hizo carne en nuestra cotidianeidad.

Yo pensaba ¿No?, Pobre gente la que vive en esos edificios que están a la vera de la calle Wheelright, que quien sabe, al haber sido ayer sábado, hayan salido, tomado alcohol, y acostádose tarde, tener que enfrentarse con el dilema de salir al balcón y verter aceite hirviendo o taparse con la almohada, o directamente comenzar a los tiros como un poseído.

Así y todo, puse mi mejor buena onda y, como a mi no me afectaba en lo más mínimo, decidí no seguir dándome manija con la cosa.

Bien, fue en ese instante en que el energúmeno del micrófono, siempre a los gritos descollantes, comenzó una cuenta regresiva que iba del 10 al 0.

Bueno, no me di cuenta, got admit, no sumé 2 + 2, cosa que hago a cada rato, se ve que era domingo y estaba medio dormido, le puse la correa a mi perra y me dirigí despacio hacia la vereda para cruzar la calle e ir en busca de mi auto para volver a la cama con mi jermu.

Comencé a caminar hacia la vereda y noté lo que me iba a fumar como un gil, y no pude hacer nada.

4.500 seres humanos, con algún problema psíquico, venían corriendo de norte a sur y no hubo caso, no pude cruzar nunca más la calle.

Ya estoy harto de esas maratones del orto, realmente, me tienen podrido.

¿Qué culpa tengo yo de que 4500 nabos decidan salir a correr como ovejas desahuciadas?

¿Porqué razón 4500 nabos dirigen la mañana de un domingo en una ciudad donde viven 2 millones de personas?

¿Porqué razón?

Es detestable cuando te agarra la vorágine maratonista, ya sea en auto o a pata, vos tenes que respetar a los tipos, porque "están corriendo".

¡¿Y nosotros qué?! ¡¿¿¿Verdurita????!

Váyanse todos a cagar. Todos.