lunes, 16 de marzo de 2009

La televisión

La televisión, no es un mal exclusivamente nuestro, en todas partes del mundo la TV es un porquería.

Es muy fácil apreciarlo con los canales “de arriba”, los últimos de la lista del cable, en donde tenemos la posibilidad de ver programas españoles, italianos, colombianos, árabes, rusos, etc; pero si suponen que nosotros solo vemos la porquería de otros países, aclaro que tuve la suerte de viajar y ver televisión en distintos hoteles y créanme que lo que nos llega a nosotros es lo mejor que tienen.

En la década del 90, en Italia por ejemplo estaba de moda una suerte de “llame ya” muy distinto de lo que nosotros conocemos con otra estructura visual, completamente diverso de lo que estamos acostumbrados, aunque no se que es peor.

Por citar un ejemplo, un señor ofrecía pantalones de jean y chombas; los tenía en una mesa ordinaria y decía el costo de un pantalón en un tono de voz razonable, luego ofrecía el mismo pantalón mas una chomba con un tono de voz ya fuerte, luego ofertaba un pantalón y tres chombas a los gritos, desencajado, y por ultimo; y a punto de morir de hipertensión, lo prepoteaba a usted mirándolo fijo a que compre dos pantalones y cinco chombas a un precio para él ridículo, pegando fuertes trompazos en la mesa, casi llorando, y quedándose por último afónico de tanto gritar. Tengo grabaciones de eso.
Al principio me causó mucha gracia y esperaba ansioso que aparezca, al igual que este señor había muchas otras ofertas ya sea de ropa como de joyas o de lo que sea, todo en el mismo formato, un señor que a medida que la oferta crecía, también crecía la prepotencia y la desaforación del vendedor, terminando en un estado desastroso, a punto de morir de un infarto múltiple.

Ni hablar de Inglaterra en donde no hay muchos canales, son todos estatales y es obligatorio pagar por eso.

En nuestro país ya sabemos de qué se trata hoy la televisión, tenemos noticiosos, programas de chimentos y programas que hablan de otros programas. Y Tinelli.



Los noticiosos son noticiosos acá y en Madagascar, los hay buenos, malos, de izquierda, de derecha; uno puede elegir que noticia escuchar, como cuando ves que alguien que lée La Nación no se haya con Clarín y viceversa.

Los programas de chimentos siempre fueron lo mismo; desde la época de Lucho Avilés.
Ahora; eso otro que se puso de moda, los programas que hablan de otros programas… ¿Que es?


Porque cuando Raúl Portal hacía PNP con Federica Pais estaba bueno, era muy gracioso y novedoso el género. Luego cambiando solo algunas aristas para no cometer plagio nació TVR, también muy bueno, pero no original.

Ahora han aparecido programas que hablan de lo que pasa en otros programas, sean cosas divertidas o absolutamente intransigentes, hay incluso un programa en donde dos personas muy talentosas tiran a la basura su integridad profesional ojeando revistas de actualidad.



Hay programas que tenían otra estructura (CQC y Duro de domar) y fueron de a poco mutando en estos otros que no solo no conducen a nada sino que aparte no traen nada nuevo bajo el sol.
Tinelli. ¿Se puede decir algo de este hombre? Bah, en realidad sí se puede, solo que yo no quiero decir nada de él. No me interesa.

La ficción en cambio, dio aires de cambio, están los infaltables programas en donde de una manera muy poco creíble se monta una familia de clase media baja como un sodero o un taxista o un colectivero o un carnicero, todas labores que estos interpretes nunca jamás han ni siquiera visto de cerca como tampoco se han interesado mucho en averiguar de que se trata, solo firman el contrato, ponen cara de laburadores (una cara que solo ellos saben hacer) y a cobrar.
Pero también hay, gracias a Dios; muy buenos programas de ficción que han hecho un poco de peso en una balanza de por sí ya muy tumbada para el lado de la porquería.
¿Que se hace con la TV?
¿Como se soluciona esto?

Es imposible cambiarlo, es quizás el más difícil de todos los problemas que acarreamos en esta era pero, existe solución, querido lector:

NO MIRE TELEVISION

No Haga zapping, lea un libro, salga a caminar, hable con su esposa/o, con sus hijos si lo tiene, haga un asadito, piense en algo. Trate de inventar alguna pelotudez.

Si usted es uno de esos que llega del trabajo con reales ganas de tirarse en el sillón a mirar la tele, hágalo; pero ponga una película, busque una en el cable que hay muchas o pase por su videoclub. No entre en el juego absurdo de ellos, le están succionando el bocho, ¿No se dio cuenta todavía?

Sus minutos son invaluables, no se los regale a Tinelli, Mariana Fabianni o a Gran Hermano.

Lamentablemente no se pueden poner soluciones en este capítulo como en los anteriores, ¿Qué vamos a hacer? ¿vamos a prohibir los programas? Eso es imposible.

¿Sabe cuanto dura Tinelli en el aire si nadie mas lo ve?

¿Sabe cuanto tarda una dirección de programación en dejar de no respetar horarios o televidentes si un día nadie mas mira la tele?

¿Sabe cuanto dura en su cargo un director de programación al que en un mes los raitings le dan 0?

¿Sabe cuanto tarda en caer en el olvido el súper potenciado famoso que deja de ser visto?
30 días.

Están siendo rehenes de esa gente, al sentarse en el sillón y poner la televisión.


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