"Los Iracundos" fue un grupo musical iniciado a fines de la década del ’50 en Paysandú, Uruguay, que inundó con sus melodías varias orejas de generaciones a lo largo de su carrera. Fue una banda melódica sin igual para algunos fanáticos y para otros fue más o menos, pero no quiero hablar de estos IRACUNDOS sino de los nuevos. Los IraKundos.
Hay una nueva secta en el país que se autodenomina “Los IraKundos”, integrada casi en su totalidad por jóvenes argentinos de entre 20 y 30 años de edad que se encuentran en este instante poseídos por la oscura magia de sus aniñadas creencias, sin aparente viso de despertar del trance.
Son jóvenes inteligentes que buscan cambiar este mundo con frenesí, aunque con un severo problema psíquico producido por el trance en el que se encuentran sedados.
Es muy fácil avistar uno, usted sólo tiene que hacer mención sobre algo que no le agrada del gobierno Kirchnerista. Pero no me refiero a defenestrar al gobierno, putearlo o agredirlo con vehemencia encolerizada, no. Sólo hace falta mencionar algo con mucha altura o con gran respeto utilizando las palabras más debatidas en nuestro interior para recibir de parte de estos sectarios una reprimenda enfurecida o un corte abrupto de relación.
Lo más extraño de esta secta son las contradicciones en las que se hunden a diario:
- Aman ciegamente a Néstor Kirchner y Sra sin importar los errores que estos cometan.
- Increpan violentamente a quien no los ame y/o los borran de sus agendas para nunca más volver a tener contacto con aquellos.
- Aceptan sin contemplación alguna cada decisión emanada de la boca de alguno de estos dos gobernantes y aplauden fervorosos cada orden por estos dada, sea ésta cuál fuere.
- No sirve de nada que uno le muestre con pruebas fidedignas y gran respeto, midiendo las palabras a utilizar, que tal o cual cosa está mal pensada o tiene oscuros intereses personales detrás. Ellos no sólo no lo ven sino que se ofenden como si uno les hubiera insultado a la madre, señalando que ésta es una prostituta que trabaja gratis porque ama que se la pongan de a varios.
- Tampoco importa el grado de cercanía que uno tenga con estos sectarios: se puede tratar tanto del conocido de un conocido lejano como de un propio hermano: Mencionar que uno no simpatiza con Néstor o Cristina Kirchner es suficiente para arruinar una relación para siempre, sin importar todo lo que hizo que esta relación haya existido.
- Los IraKundos no toleran que se hable mal de Néstor.
- Los IraKundos no toleran que se hable mal de Cristina.
- Los IraKundos no aceptan que se mencione siquiera a los empresarios que se hicieron poderosos y millonarios con estos dos mandatos. Incluso es altamente probable que hagan cara de no conocer esos nombres que uno les menciona, conocidos ampliamente por toda la población.
- Los IraKundos no entran en debate si el tema en discusión es el enriquecimiento ilícito y el desvío de fondos de estos dos mandatarios.
- Cualquier medida arbitraria que haya manado del escritorio de Rivadavia en el tiempo en que estos dos mandatarios estuvieron a cargo no es vista como tal, y es inadmisible su comparación con cualquier otra medida arbitraria dictada por cualquier otro mandatario que haya ocupado ese cargo.
- Las vidas de multimillonarios que disfrutan ambos mandatarios y sus hijos no se ponen en tela de juicio por los IraKundos. Esto no sólo no es visto como una estúpida contradicción sino que no les importa. No es un ítem relevante.
Estoy preocupado con esta secta, porque no la entiendo. Y porque si hay en este mundo una contradicción, sin dudas es la que tienen estos IraKundos. Mucho más que la contradicción que tienen los fanáticos religiosos a los que tanto critican, por poner un cristalino ejemplo.
Los IraKundos bogan por un país con equidades, por un país que encarcele sin “peros” a todo aquel ciudadano corrupto -aunque hay varios ciudadanos corruptos “K” que siguen libres-; por un país que enjuicie de una vez por todas a los militares del ’70 -y acepte como víctimas a todas las víctimas de esa época y no solo a integrantes de Montoneros- , por un país que vele por sus ciudadanos carenciados, -donde aún hoy hay millones de familias abandonadas-; por un país que no tolere el analfabetismo, por un país con respeto por sus mayores, por un país que proteja la industria nacional, -cuando Brasil sigue abusando de nosotros-, por un país que cobije a sus ciudadanos estudiosos y les dé el sustento que merecen, por un país sin monopolios -pero ningún monopolio, no sólo el de los enemigos “K”-; por un país sin kilométricas diferencias sociales.
Los pocos IraKundos con los que pude mantener una charla política sin terminar a los gritos me han hecho este nefasto comentario:
“Es mejor que roben pero repartan un poco a que roben y no hagan nada”
Entonces, querido lector, me pregunto desahuciado:
¿Hay algo más necio en este mundo que ése pensamiento?
¿Hay una visión más “neanderthal” que esa?
¿Se puede intentar ser un ciudadano comprometido con la causa: “CAMBIAR EL PAIS” con ese precepto?
¿Es correcto pensarse “ciudadano comprometido con la causa” si se piensa eso?
¿Hay alguna chance, por más chiquita que esta sea, de que el país cambie definitivamente si los ciudadanos jóvenes que lo habitan tienen esa premisa insobornable?
Entonces le sugiero, si usted tiene 35 años o más y sufrió en carne propia (no se lo contaron) a los gobiernos anteriores a los de los Kirchner debe tener mucho cuidado, porque los IraKundos andan sueltos, y están en todos lados. Es como un virus invisible que se apoderó de todo el cuerpo, por lo que le aconsejo:
- No intente por ningún motivo cambiar el pensamiento de un IraKundo. No sólo no lo logrará sino que, por el contrario, deberá entender que acaba de perder un amigo para siempre .
- Ni se le cruce por la cabeza manifestar disgusto o incomodidad con nada que rodee a esta familia K, será inmediatamente ninguneado y prejuzgado, sembrando esa discriminación que tanto luchan por neutralizar en los demás.
- En el caso que no haya marcha atrás y ya no le quede otra alternativa que señalarle a un IraKundo que lo está discriminando sólo por pensar distinto en un claro acto fascista, sólo conseguirá que el IraKundo se “iracundice” hasta la locura; hay un caso, del que no fui testigo, gracias al cielo, en que a uno de estos sectarios le explotó la cabeza delante de otro ciudadano que le mencionó algo en contra de los K, no tengo pruebas de ése episodio pero imagino que no va a querer que esto le suceda.
- Una vez avistado un IraKundo deberá mantener la calma y pensar cuál es la manera adecuada de enfrentarlo. No es fácil. Y depende del grado de cercanía que usted tenga con él para navegar ese oscuro río infestado de cocodrilos hambrientos que será, de aquí en más, esa relación.
- Si no le importa la amistad y le vendría bien sacársela de encima, este es un buen momento para hacerlo. Dígale, por ejemplo, que Néstor era estrábico, o que Cristina tiene Botox en los pómulos, y será suficiente. El IraKundo lo mirará con espanto y saldrá corriendo, alejándose de usted con los brazos en alto y aullando como un vampiro al que le mostraron repentinamente una crucecita de plata peruana.
- Si la relación le importa un poco porque tiene aprecio por el IraKundo, recuerde no mencionar nunca nada de estos dos mandatarios. En el momento que salga el tema, usted asienta con la cabeza dando a entender que está de acuerdo con lo que el IraKundo le está manifestando e inmediatamente cambie de tema. Esto es difícil porque ya casi no hay tema que no involucre a la pareja K, pero inténtelo, hable de bordados, o de aceitunas, del documental que vio la semana sobre cómo se aparean los osos panda. En fin, busque la mejor salida del intríngulis y, sobre todo: Absténgase de hablar del tema por más ganas que tenga de hacerlo.
- Si la relación que mantiene con el IraKundo es muy importante: hermano, amigo íntimo, pareja, compañero de andanzas: está frito. No tiene ninguna posibilidad de evitar enfrentarse a ellos, por lo que aconsejo mantener la relación, pero en silencio. Una buena manera de contrarrestar el dilema que tendrá de no hablar de nada es manifestarse lisa y llanamente sordo-mudo. Aunque sea un engaño, es una buena posibilidad de relacionarse con el IraKundo. Deje una brecha de un mes sin verlo y luego aparezca por la casa con una venda en la cabeza manchada con Pervinox y cara de accidente. Pídale un papelito para escribirle lo que le quiere decir y manifiéstele que se accidentó y quedó sordomudo (sin aclarar demasiado para no revelar la mentira, póngase mal y depresivo si ve que el IraKundo insiste con los detalles del accidente). Ésta es, luego de varias semanas de escudriñamiento, la única posibilidad que vislumbré de continuar con la relación.
Recuerde: Los IraKundos están sueltos. Y usted no querrá experimentar en carne propia ninguna de estas situaciones que aquí le menciono.
Suerte.