viernes, 1 de abril de 2011

Facebook



Ayer alquilé “Red Social”. No quería alquilarla. Me dan mucha bronca las películas que “hay que ver”, pero bueno, mi condición de crítico de cine en ascenso hizo que la alquile.

Hace un par de años que tengo Facebook. No quería tenerlo. Me parecía al pedo, pero tanto mi novia como mis hijas como mis amigos me recomendaron que me haga uno, ya que es muy provechoso: uno puede conectarse con amigos de la secundaria que no vio más, con algún pariente que no sabe que existe, puede publicitar cosas que uno hace, en fin, es una herramienta interesante.

Las tres cosas me atraían: hay amigos de la escuela que hace 20 años que no veo aunque vivamos en la misma ciudad. Pero no los veo, y me gustaría saber en qué andan. Respecto de los parientes, siempre me dio curiosidad saber si hay alguien más con mi apellido, ya que no es muy común y en mi ciudad soy el único, no hay otro. Y también me sedujo lo de publicitar cosas, tengo un par de bandas de rock y mis blogs, y es de mucha ayuda tener un lugar donde sabés que al menos todos tus amigos sabrán de inmediato si tocás en tal lado o si publicaste algo nuevo en los blogs. Eso es bueno.

Entonces me lo hice. Subí un puñado de fotos y mis hijas me agregaron, y mi novia y mis amigos de la actualidad. Y comencé a buscar compañeros de la secundaria pero no los encontré. Por más que hurgué en el éter de esta afamada red social no los encontré.

Y no entiendo Facebook. No me cae simpático. No entiendo lo del “muro”, lo de la gente que me manda un “toque”, lo de “dar un toque a tal”, lo de “devolver el toque”, lo de “me gusta tal cosa”, o “ya no me gusta más”, lo de “Pepito te etiquetó en una foto” cuando no sólo no estoy en la foto sino que encima hay un perrito o un anuncio de Campari, lo de “hazte fan de tal cosa”. Tampoco entiendo por qué no logro ubicar a la gente por la que construí mi Facebook y sí recibo, a diario, solicitudes de amistad de gente que no conozco o con las que tengo sólo 1 amigo en común. No entiendo el Facebook.

Al principio supuse que era porque ya soy un viejo choto para algunas cosas. Hay cosas en internet que me superan y que fueron creadas para los giles que hoy son chicos, y que nos pasan el trapo mal en lo que a cuestiones de informática se trate (mis hijas, por ejemplo, son un par de esos giles…). Pero no, no es eso. Sé navegar por internet bastante bien. Es sólo con Facebook que me pasa. No entiendo Facebook. No me cae simpático.

Y un día apareció un pariente, en Buenos Aires. Un tipo de 50 años más o menos, con un hijo un poco más chico que yo, pero con mi mismo nombre. O sea, en Buenos Aires hay un tipo que se llama igual que yo. Y yo no lo sabía. Y lo supe gracias a Facebook. Pero no nos dimos mayor bola, hablamos una semana de esto o aquello y se cortó. Ahora lo tengo agregado en el msn hace más de un año y me da no sé qué bloquearlo, porque ¿para qué lo quiero entre mis contactos? Si no hablamos más… Y después apareció otro pariente. En Mendoza. Y lo mismo: Bla-bla y después nada. Desierto.

Con el único amigo de la secundaria que me sigo viendo (personalmente, no por Facebook) organizamos una reunión con todo el curso (él tiene el contacto de 2 o 3 y se pasó la bola) Y nos juntamos. Éramos 17 (de 48 que tenía el curso).

Hay 3 que se murieron. Otros no vinieron porque no los dejaron. Otros estaban laburando. Otros no se enteraron. Luego de esto nos pasamos los mails y nos agregamos mutuamente a ese Facebook que antes no conseguíamos ubicar, y ahí sí aparecieron algunos miembros extraviados. Pero 2 o 3, aún hay al menos 20 que no aparecen, a los que el poder del Facebook no les hace cosquillas siquiera.

Entonces, ¿me entiende? Hubo que organizar una cena para conseguir nuestros facebooks, cosa que debería ser exactamente al revés, por lo que me pregunto: ¿Para qué sirve el Facebook? ¿Qué ventaja real tengo al tener creado un Facebook a mi nombre? No me gusta el Facebook, no me cae simpático, me parece un lugar muy impersonal, muy de cartón, muy de shoping. Muy yankie. Muy falso.

Y bueno, anoche vi la película que trata sobre la vida del creador de Facebook, Mark Zuckerberg (que no voy a traducir ese apellido al castellano porque es muy pornográfico, pero en español sería algo así como “sopla-pollas”).



En la tapa dice: “UNA PELÍCULA BRILLANTE” – “UN HITO ESTADOUNIDENSE” – “REVOLUCIONARIA Totalmente emblemática de su época y de su lugar” – “SENSACIONAL” – “ALGO FUERA DE LO COMUN” – “COLOSAL Y ESTIMULANTE”, tapando con estos grandes letreros la mitad de la tapa del dvd y dejando a los actores apretados en un costado de la foto, como si les hubieran dicho, cuando tomaron la fotografía, que se corran porque de este costado irían unas críticas plásticas inusitadas sin parangón y los taparían.

Red Social”, que así se llama la película, cuenta como se creó, en 2003, Facebook, de la mano de Mark Zuckerberg, un nerd completamente sobrepasado por su inteligencia. Una inteligencia que le impide relacionarse con sus compañeros y que termina destrozando definitivamente su relación con una novia bastante valiosa por no saber tratarla y humillarla a cada rato sin quererlo.

Mark Zuckerberg, que anda por la vida siempre con una remera y una camperita con capucha con los ojos rojos completamente perdidos en sus pensamientos, que no tiene idea de lo que es una caricia o un abrazo o un favor a un amigo o un chiste, le pide a su ¿gran amigo? de la universidad 1000 dólares para comprar un servidor más copado para poder crear una red social que todavía no tiene claro cómo hacerla funcionar. Luego de esto unos flacos de la misma universidad de Harvard, pero más grandes que él, escuchan que Mark está tratando de generar un espacio nuevo y ellos, que ya tienen más avanzado el tema, lo invitan a que participe en el proyecto. Y Mark acepta. Pero sólo para interiorizarse de la idea de estos muchachos y así pulir la suya. Y se va y los deja pagando. Y crea Facebook. Con la ayuda de su amigo brasileño que le prestó los mil dólares.

Y entones comienzan a tener amigos registrados y deben invertir un poco más, porque deben comprar más servidores donde alojar la información de los cientos de compañeros que, como socios fundadores, se hacen sus primeros facebooks. Y su amigo brasileño (que lo aprecia bastante) le da otros 18.000 dólares. Y Mark se las toma a vivir a California por recomendación del dueño de Napster que ya le hincó el diente y quiere sacar una tajada.

De la noche a la mañana(muy poco tiempo)Facebook se hace insostenible para Mark por su escasa capacidad de almacenamiento de datos y comienzan a aparecer empresas que quieren invertir en su proyecto. Y Mark se hace millonario.

Hasta ese momento, Mark posée el 63%, su amigo brasileño el 30% y el creador de Napster el 7% (él fue el de la idea de sacarle “the” al título, antes era “the Facebook”). Y comienzan a aparecer los millones dólares, luego las decenas de millones de dólares, y luego, sin escalas, los miles de millones de dólares.


Eduardo Saverin, su amigo brasileño que puso los dólares


Sean Parker – de NAPSTER, quien lo aconsejó que viva en California.

Mark Zuckerberg le hace una manganeta a su amigo de la universidad y le licúa las acciones dejándolo fuera de juego. Su amigo, muy dolido, le hace juicio. Mark Zuckerberg intenta no pagar un centavo de lo que le recriminan pero los abogados de las partes llegan a un acuerdo y Mark Zuckerberg le paga a los compañeros a los que les robó la idea en 2003, 65 millones de dólares, y al amigo que lo bancó incondicionalmente en el inicio de este proyecto, 100 millones de dólares, cuando la marca ya estaba valuada en U$S 25.000.000.000



En la actualidad Facebook vale U$S 50.000.000.000. Cincuenta mil millones de dólares. Mark Zuckerberg es dueño de cincuenta mil millones de dólares.

Mark Zuckerberg es un sorete. Un hijo de putas. Un cagador que trepó hasta donde está de la mano de gente que lo apoyó y confió en él sin pedir nada a cambio y terminó quedando fuera de juego por la capacidad incuestionable de maniobrar de este ladino mal nacido que tiene un par de grandes talentos:

Es un programador y creador de redes sociales magistral.

Y también es un gran hijo de puta ventajero.

Entonces, vuelvo indignado a las puntuaciones de los prestigiosos diarios que aparecen en la portada del dvd:

UNA PELÍCULA BRILLANTEThe New York Times – ¿Brillante por qué? ¿Porque muestra de manera despreocupada la miseria de este inmundo ser humano? No me pareció tan buena película. Y mucho menos “brillante”

UN HITO ESTADOUNIDENSERolling Stone – ¿Un hito estadounidense? ¿Será porque muestra de manera incuestionable la manera de ser del estadounidense medio, con los valores completamente corridos de la realidad, que sólo busca trascender como multimillonario demostrando al mundo que aún se puede conseguir el sueño americano? Puede ser… Puede ser que sea un “hito estadounidense”…

REVOLUCIONARIAThe New Yorker – ¿Revolucionaria??? Acá sí que me hicieron enojar… ¿Revolucionaria???

SENSACIONALThe New York Times, otra vez – Sensacional manera de cagar a tus amigos…

ALGO FUERA DE LO COMÚN Y SORPRENDENTE DEL CINE CONTEMPORÁNEOStephen Holden - New York – ¿Éste Stephen Holden, que no sé quién es, habrá visto alguna película más o vio sólo ésta en toda su vida?

COLOSAL Y ESTIMULANTE”- TIME Magazine – ¿Estimulante para qué? ¿Para fomentar entre ustedes, los yankies, más maneras de cagarse en todo? ¿Por qué no se estafan de una vez unos a otros y se cagan a tiros y se mueren? ¿No se dan cuenta que son un tumor maligno en el planeta? ¿Un moco verde sanguinolento que late y crece con algún oscuro y despiadado fin? Ya parezco Violencia Rivas, así que mejor me recato un toque.



Mark Zuckerberg tiene 26 años y es el hombre más joven y más rico del mundo.

No quiero pensar qué está pensando este sorete en este instante. Porque me da miedo. El mundo entero debería evitar que ciertos soretes anden con tanta plata en la billetera. Y los billetes debería elegir mejores lugares para estacionarse.

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