Termina el año. Termina, finalmente. Un año de
locos que hacía mucho no veía.
Un año lleno de peleas. Un año plagado de
estupideces. Un año con algunos logros, pocos. Muchos menos logros de los que
uno esperaba cuando Cristina asumió este tercer mandato kirchnerista que tan
distinto fue al que uno imaginaba y donde la prepotencia montonera de nuestra
presidente y de todos y cada uno de sus colaboradores se amplificó hasta el
absurdo, siendo testigos de las palabras de Guillermo Moreno, cuando sutilmente
les dijo a los manifestantes que se metieran las cacerolas en el orto. O Abal
Medina, ese alienígena que maneja la secretaría de gabinete, con su desubicado
“córtenla con eso” en sesión de
diputados, o su “¿qué esperaban de ésta
cámara de mierda?” refiriéndose a la última decisión a favor de Clarín.
O los palos al pedo de Lanata hacia Cristina,
colgándose de esa teta virtual e inventada que todo el tiempo muestra, al pedo,
como si no hubiera de qué hablar. “Chicos,
estamos en Harvard y no en La Matanza” es un claro ejemplo. Cristina
acababa de señalar que no había cepo cambiario alguno y terminaba de defender
su exuberante e indignante enriquecimiento ilícito señalándose como una “abogada
exitosa”, pero vamos a pegarle por la estupidez de Harvard-La Matanza, vamos a
presionar sobre eso, que es irrelevante, no conduce a ningún lado y está absolutamente
sacado de contexto. O cuando se metió en el hotel donde Cristina estuvo alojada
en New York, señalando que una hamburguesa costaba 32 dólares o una banana 15,
mientras hacía mención muy por arriba al costo de esa cartera desmedida y poco
revolucionaria que sí se compró cuando no correspondería siendo como dice que
es: una vengadora de los más necesitados a la que le quita el sueño la
inclusión social. ¿Qué espera Jorge Lanata? ¿Qué un presidente se aloje en un
hostel con baño compartido? Vamos, Jorge… ¿Qué ha pasado contigo?
Recuperamos la Fragata Libertad pese a Griessa,
pese a los putos fondos buitres, pese a la torpe oposición, que se aferró al
tema de la Fragata como si no hubiera miles de asuntos pendientes que sí merecerían
luchar por intentar resolverlos. Qué triste que es saber que no existe
oposición política en este bendito país.
Llegó el 7D y así como llegó, se fue. Cientos
de miles de argentinos salieron a manifestarse a favor de Héctor Magnetto junto
con los políticos de la triste oposición, que los arengaron a que se
manifiesten, cuando lo más prudente hubiera sido dejar pasar esa fecha y salir
a manifestarse más adelante para no quedar pegados apoyando a un ser vil,
mafioso y ambicioso, mucho más peligroso que nada en este país, que manejó por
mucho tiempo los destinos de la patria y que hoy está dando los más delirantes
manotazos de ahogado que la historia argentina y el periodismo tengan memoria.
O el caso de Marita Veron, donde acaban de
dejar en libertad a sus captores y proxenetas por una vomitiva coima y nadie
hace nada de nada mientras la ley sobre la trata de personas (se acuerdan ahora, parecen chicos) estuvo
cajoneada más de un año y medio a la vez que, con gran hipocresía, homenajeaban
a Susana Trimarco con un merecido premio “Néstor Kirchner”.
O Amado Boudou, que ahora tiene un abuelo rico
que vendió unos campos en Paraguay y le dio toda la plata que le sobraba y por
eso nuestro vicepresidente tiene la plata que tiene, no porque es un mentecato corrupto
que se abrazó a Ciccone y se aprovechó de nuestra ineludible obligación de cambiar el DNI, como en su momento lo
hiciera Carlos Menem con la ineludible obligación
de cambiar todas las patentes de los autos, mientras las ovejas descerebradas (nosotros) perdemos un día de nuestras
vidas haciendo la cola para pagar los $50 que sale el nuevo DNI que imprime
Ciccone por más que nuestro viejo documento esté en perfectas condiciones, de
la misma manera que en los 90 fuimos como las mismas ovejas descerebradas que
somos a pagar $84 para cambiar la patente de todos nuestros vehículos...
Finalmente los Callejeros van en cana. Hacía
años que quería ver eso. Ver a Fontanet preso, de una vez por todas. Esa “banda
de rock” que se aprovechó de su terrorífica fama sacando a la venta un
desesperado e inmediato disco para aprovechar el bondadoso viento de cola que
les dejaron los cuerpos humeantes de 194 víctimas que aun seguían tibios, que
vendió (esto es lo más desagradable)
miles y miles de copias con una rapidez sin igual. Recuerdo incluso que el
disco era carísimo porque tenía un “arte de tapa distinto”. Años esperando que
pagaran su justa condena. ¿Es el tiempo que les correspondería? Seguro que no.
Pero están presos, que no es poco. Lamento no poder decir lo mismo de Aníbal
Ibarra, el más irresponsable de todos, pero vivimos en este país, que espero
que algún día cambie.
El tema de Once, tan deplorable, cuando Juan
Manuel “ET” Abal Medina salió a decir que “el
pueblo argentino tiene que entender que el gobierno estuvo presente”
mientras la realidad lo aplastaba como a cualquiera de los muertos en el
accidente. ¿En qué quedó eso? ¿Ya está? ¿Ya pasó? ¿Los Cirigliano, Jaime y
Schiavi fueron en cana o sólo dijeron que iban a ir en cana? Son dos cosas
distintas, cuidado.
Y el último cachetazo torpe de fin de año: Los
saqueos… me pregunto de qué organización política estaban esperando órdenes los
futuros saqueadores ese día a la mañana, codo a codo frente a los lugares que
saquearían prontamente mientras la policía los vigilaba escopeta en mano. Me
pregunto, también, de qué alto mando llegó la orden para movilizar a los
policías antes de que los saqueos ocurriesen y de dónde éste alto mando recibió
la información. En “La Palangana”, mi revista de Facebook (www.facebook.com/lapalanganaweb)
se armó un aguerrido debate con una lectora que defendía a los saqueadores
apoyando la teoría de un bloggero K llamado Federico Soria (http://federico-soria.blogspot.com.ar/2012/12/saqueos-en-bariloche-quien-es-el.html)
, quien luego de un concienzudo (y
testarudo) estudio de investigación, llegó a la conclusión de que los
desmanes ocurridos en Bariloche son producto de la desidia y de la falta de
gobierno de su intendente, que sabía que esto ocurriría y así y todo se las
tomó y que se maten, para luego señalar, en un párrafo exquisito que no tiene
desperdicio y que lo pinta de cuerpo entero, que aquellos que opinan que los
saqueadores son simples choros encapuchados de alguna organización política,
son:
“aduladores
extremistas del simplismo pragmático, que siempre aparecen por doquier como
hongos después de la lluvia; y ante sucesos como estos, de una complejidad social que requiere un análisis concienzudo que va
más allá de la mera interpretación política, sólo atinan a respuestas
autómatas que no sólo no aportan a ninguna solución, sino que contribuyen a
remarcar, mediante el uso exacerbado de la violencia verbal, las diferencias sociales que parecieran
volverse cada vez más infranqueables en una sociedad tan pacata e hipócrita
como la de Bariloche”
, haciendo que verdaderamente me dé caspa de
indignación.
En fin, todo eso pasó. Así que no sé qué decir
de este 2012 que está terminando.
Lo que sí sé es que ansío un 2013 sin
Montoneros. Sin la Cámpora. Sin Magnetto. Con Boudou renunciando mientras es
alcanzado por un justo juicio político que lo devuelva de un trompis a su lugar
en este mundo, que es pasar música en los boliches de la costa.
Me gustaría mucho que Abal Medina dé un paso al
costado. Cualquier funcionario es mejor en su puesto. Abal Medina es el colaborador
más remplazable del mundo. El loro Roberto de mi tía Cecilia sería mucho mejor
en ese puesto, ya que haría las mismas pelotudeces pero el costo por mantenerlo
sería sensiblemente menor: Un poco de agua en una tacita, mijo o alpiste, un
fierrito ornamentado donde poder treparse y una bandeja metálica en el piso
para juntar la caca. No más que eso.
Me gustaría mucho que los barrabravas fueran en
cana de una vez por todas, que desaparezcan las mafias del fútbol. Que Grondona
renuncie y que no lo sucedan ni sus hijos ni ningún otro mafioso que venga
detrás.
Me gustaría que Tinelli agarre toda la plata
que tiene y se compre una isla en Grecia, ahora que justo están en oferta, y se
vaya a disfrutar de todo lo que consiguió. Ya es un tipo grande y lo merece.
Sobre todo nosotros lo merecemos, sería un vendaval de aire fresco inundando
las pantallas de TV del país.
Me gustaría que la ley de medios comience a
florecer y poder ver las noticias sin estar teniendo en cuenta quiénes las dan.
Me encantaría poder ver 6 7 8 sin prejuicios y disfrutar del Lanata objetivo de
los noventas que no exagere al pedo donde no hace falta.
Pero lo que más me gustaría, lo que realmente llenaría
mi corazón de regocijo y espíritu navideño como nunca jamás en mis cuarenta
años de vida, sería que Cristina Fernández de Kirchner, sus colaboradores y
todos los militantes kirchneristas hicieran de una vez por todas y en serio ese
análisis
concienzudo que va más allá de la mera interpretación política, ya
que la complejidad social que sufren los no-incluídos lo requiere. Y
dejen de una vez por todas de señalar esa mera pelotudez sin tomar reales
y tangibles cartas en el asunto.
En fin, todo eso me gustaría.
Así que Feliz Navidad para todos y todas. Pásenla
bien. Pásenla solo con quiénes merezcan su compañía.
Juan Pablo Scaiola.
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