El mayor aporte al stress que tenemos los argentinos es el ruido. Uno vive rodeado de ruidos de todo tipo, y como hace mucho tiempo de esto, ya estamos resignados o acostumbrados a convivir con ellos.
Los motociclistas compran su moto en un concesionario donde se la entregan con un escape diseñado (y controlado seguramente por alguna norma mundialmente estipulada) para no superar los decibeles permitidos.
Entonces corren a un mecánico de barrio (que vive de eso!), le extirpan el escape original, poniéndole una sordina o una tapa a la boca del escape o no se que es lo que le ponen, el resultado es un ciclomotor que no tiene marchas y por tal motivo es un constante acelerar sin oír el cambio del motor con un ruido comparable con un auto de competición de muy bajo presupuesto (un fiat 600 por ej).
Los autos preparados para correr, al igual que las motos ruidosas pero con mas peligros; son conducidos por jóvenes inseguros que necesitan demostrar que pueden ser mas que el otro por tener mas calcomanías, mas escapes cromados, mas ruedas de competición, mas tacómetros dispuestos en el tablero, mas música y mas velocidad.
Los colectivos que había en la década del ’70, ’80; los Mercedes 1114, fueron reemplazados por unos bondis frontales que tienen el motor detrás, estos; seguramente comprados en algún país donde esta prohibido comercializarlos por el insoportable ruido que generan, circulan por las calles de nuestras ciudades por miles, ocasionando trastornos psicológicos en los ciudadanos.
El camión de la basura, en tanto; hace su recorrido diario a la hora de la cena, cuando uno trata de comer tranquilo, reflexionar sobre el día que tuvo, conversar con su familia, en ese momento entra en escena el Camión de la basura, que engancha esos contenedores nuevos y muy útiles que hay en todas las esquinas, los vuelcan en las fauces del camión para luego compactarla mediante un proceso hidráulico que comprime la basura con un ruido endiablado, enloquecedor. Años atrás, este endiablado momento era presenciado solo por algunas desafortunadas familias, ya que el proceso de aplastamiento se hacía cuando no entraban mas bolsas de basura, pero como ahora hay contenedores en todas las esquinas, el ruido se hace en todas las esquinas.
SOLUCIÓN:
La policía de transito, debe ser purgada, y renovada; con gente que no sea corrompible.
Moto que pase con el escape libre, moto que se secuestra y se manda al corralón, en donde habrá un taller mecánico esperando el rodado para volverlo a la normalidad. El propietario paga una multa acorde a la circunstancia (ni muy poco ni tanto como para abandonar su vehículo), paga el repuesto reinstalado en su ciclomotor y la retira y continúa con su vida en menos de 2 horas.
Los autos tuneados correrían el mismo trágico final, pero es más complicado que las motos. Se debe confiscar el vehículo, llevarlo al corralón, darle la opción al dueño de volverlo a su originalidad o dejarlo como está.
Si decide dejarlo como está, deberá pagar una sustanciosa multa, para que no intente reincidir, y rendir un examen de competición en donde se le extenderá un carné para correr con su vehículo en el autodromo que quiera, pero ese vehículo nunca más será conducido en calles de la ciudad.
Si decide volverlo a la normalidad, entonces deberá pagar los arreglos que los mecánicos de la policía de transito tengan que hacer y retirar el vehículo en condiciones transitables.
Los colectivos deben ser sacados de circulación, no hay otra solución.
Las empresas involucradas deberán re fundar el transporte con vehículos acordes y como esto es inviable, entonces con los impuestos que todos pagamos, las municipalidades deberán montar una empresa para traer de vuelta el mítico tranvía, que tanto furor hace en las ciudades mas importantes del mundo, y cederle un porcentaje del pasaje a los antiguos dueños de las empresas de colectivos que ahora serán socios de la municipalidad y continuaran con sus trayectos habituales en modernas unidades eléctricas y seguras para el usuario.
La basura debe ser recolectada de otra manera, debe pasar un camión que la recolecte y detrás debe venir otro con los contenedores vacíos y compactarla en el lugar de almacenamiento, dándole trabajo a esas personas que noche a noche pasan por nuestras casas en autos absolutamente destrozados y faltos de los mas mínimos requisitos de seguridad, llevándose la basura en bolsas, para comercializarla en el mercado negro.
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