miércoles, 21 de diciembre de 2011

Termina el año.


Se termina el año y, según los mayas, no termina cualquier año sino el último año entero viable ya que el que viene no llega a concluir porque el mundo dejará de existir. En el calendario arriba posteado se ve claramente esto que digo, pero yo no sé identificar dónde es que lo dice, pero parece que es cierto. Una cagada, porque vienen pasando cosas tan bizarras y tan ansiadas… Estamos viviendo sin dudas una etapa de transformación que, de no mediar fines de mundos por delante, quizás incluso en pocos años y aun teniendo la suerte de continuar con vida podamos ver florecer.

Me daría mucha bronca que todo se termine justo ahora, que gracias a Facebook(¿?) todo medio oriente derrocó a su tirano de turno. De todos los derrocamientos, el más salvaje fue de Muammar Khadafi, que trajo de yapa su posterior linchamiento junto con algunos de sus más politizados hijos. Tan salvaje como el contraste de los absolutamente imposibles trajes que se ponía Mutassim, el hijo predilecto del tirano, con la ropa que utilizó al momento de su captura seguida de muerte:

Quizás en aquel último cigarrillo haya estado contemplando la posibilidad de que mostrar tanta obscena exageración de lujos y dinero a un pueblo dominado por la pobreza, el árido suelo y las barbas polvorientas sean los detonantes de encontrarse fumando un último cigarrillo, todo ensangrentado y sucio como una rata apestosa esperando la inminente muerte, pero ¿cómo saberlo?... ¿Cómo saber qué habrá estado pensando Mutassim en ése último cigarrillo?

También sería una picardía que el mundo acabe ahora ya que, luego del terremoto y tsunami en Japón a principio de año, las potencias del mundo empezaron a mirar con malos ojos eso de andar sembrando plantas nucleares por doquier. Si no fuera porque se termina el mundo apostaría que en poco tiempo más veríamos desmantelados esos funestos y mortíferos predios.

Sería una cagada que todo termine ahora, justo que Ahmadineyad le aterrizó limpito y sin destruirlo un avión súper sofisticado de recontra última generación manejado a control remoto a EEUU por estarse paseando por territorio aéreo iraní sin permiso, secuestrándolo para su estudio y posterior divulgación de secretos a Rusia y China sobre las novedades tecnológicas bélicas de la ya insufrible potencia mundial norteamericana.

Me daría mucha bronca que el mundo acabe justo ahora, cuando toda Europa se da cuenta tarde que otorgó 10 veces más préstamos personales que los que realmente podía afrontar. Me gustaría ver cómo termina esa historia, porque no creo que se solucione en el puñado de meses que, según los mayas, quedan de humanidad.


Y en nuestro país también. Sería un garronazo no poder disfrutar de la ley de medios, o no poder ver cómo Clarín y Nación ceden de una vez con el tema de Papel Prensa y así poder ver los kioskos atiborrados de diarios de todas las corrientes ideológicas que a uno se le ocurran.

O ver como la ciudadanía toda de Buenos Aires se da cuenta tarde que lo de la quita de subsidios a Puerto Madero que tanto aplaudió con socarrona jocosidad, en realidad fue un implacable tarifazo disfrazado de medida justiciera. Porque los no subsidiados serán, de ahora en más, todos aquellos que trabajen y cobren un sueldo, no solo los ricachones de Puerto Madero. Fue muy gracioso el otro día escuchar en la voz de Víctor Hugo las 12 preguntas que tenés que contestar si pretendés continuar recibiendo el subsidio: ¿Tiene dos televisores? ¿Su casa está habitada por más de una familia? ¿Es beneficiado por algún plan del gobierno? Buenísimo. La verdad que saben ponerla. Tienen cancha, como quién dice.

Más allá del detallito del tarifazo, me daría mucha tristeza no poder seguir disfrutando de todos los cambios que se están dando en el país, justo cuando se cumplen 10 años de la renuncia de De la Rúa, ese inoperante y eunuco presidente que no solo no estuvo nunca jamás a la altura de las circunstancias sino que, cuando ya lo suyo no daba para más y para reventarla bien reventada, clavó el “Estado de sitio” haciendo indignar aun más a la población y matando a 38 argentinos. Hay muchas escenas de aquella época y las recuerdo todas. Pero hubo una que me marcó hasta el día de hoy, que creo que nunca se va a borrar de mi memoria y que me hizo enojar y llorar sin parar con una impotencia pocas veces experimentada cuando vi por televisión a un joven padre, completamente desquiciado por la falta de acceso a comida, que comenzó a cagarse a trompadas con un policía mientras sostenía un bebé en brazos. Y se recontra cagaban a trompadas y el bebé se sacudía en brazos de su padre aterrorizado con una cara de espanto imposible de describir.

Y lo otro que me da mucha bronca, pero esto es más personal, es que por fin mi hija más chica sabe que Papá Noel no existe y que éstos son los padres. Años esperando este momento y los mayas vienen a mearme el asado justo ahora…

Al menos tengo la suerte de que esta Navidad ya la disfrutaré sin hipocresías. Hay padres que no podrán hacerlo. Pero bueno, no me quejo. A pesar de haber tenido uno de los años más malos de mi vida en cuanto a lo económico, fue muy importante para mí. Logré publicar mi primer libro. Intenté grabar un disco con mi banda que quedó trunco por el completamente evitable alejamiento de uno de los integrantes de la misma. Después de 25 años dejé finalmente de fumar (y esta vez en serio) mis 6 parissiennes diarios no sin encontrar de inmediato cobijo en el alcohol, pero al menos ya me di cuenta y también me estoy cuidando. Empecé a correr luego de esquivar por 7 años esa rutina que tanto bien me hacía, y estoy escribiendo mucho. Mucho. Y me encanta escribir. Y logré hacerme tiempo para hacerlo y todo funciona a la perfección.

Así que no me puedo quejar, espero que ustedes también hayan tenido un año sorprendente como el mío y, a los que aún no pueden evitar el flagelo de Papá Noel, les dejo como regalo, casi sobrándolos, el collage que hicimos con mi hija más chica, con el gordo estúpido ese sentado en derredor de un montón de renos con la cara de homónimo actor francés de renombre:

Que tengan un muy feliz fin de año. Disfruten solo con familiares que verdaderamente deseen estar y respiren hondo, que es, según los mayas hijos de la chingada, el último fin de año de la humanidad.

Salud.

Juan Pablo Scaiola.

martes, 6 de diciembre de 2011

Zenaida Auriculata al poder.

Hace tres años, cuando finalmente me mudé a mi departamento propio luego de haber atravesado esa difícil etapa en donde uno deja todo lo que construyó y alquila un dormitorio sin nada habiéndose separado como buen rosarino de mediana edad, agarré una reposera y me senté, muerto de cansancio por la mudanza, a disfrutar de la imponente vista de mi mini-patio hacia el centro de manzana, donde puedo deleitarme con algunos techos forrados de membrana asfáltica, algún que otro gato punga que me mira aterrorizado como si estuviera apuntándolo con un FAL, el enorme tinglado de la cochera de al lado y los cortamambo contrafrentes de los edificios de calle Paraguay.

Y como cuando pasan 5 minutos de ver eso uno ya se hincha las pelotas, me pongo a mirar el cielo. Y lo hago seguido, se puede decir que se me arraigó como rutina eso de tirarme en el mini-patio a mirar el centro de manzana a la tardecita.

Y un día, medio aburrido, noté que había un montón de pájaros volando para cualquier lado en el centro de manzana. Pero un montón me refiero a un montón, a algo fuera de lo común, porque yo he visto en el parque esos pajaritos negros re lindos que andan todo el día juntos y están siempre en el mismo árbol, y van para acá y van para allá todos a la vez como si tuvieran miedo de quedarse solos o de separarse, pero esos son pájaros migrados que vienen en bandada de vaya uno a saber dónde y hacen escala antes de seguir dantesco viaje hacia vaya uno a saber qué lejana comarca.

Y en el centro de manzana de mi departamento no hay una congestión de aves migratorias de pigmentados y vivaces colores… Hay congestión de palomas, palomas berretas grises de esas que hay millones por todos lados, que no sirven para nada porque ni cantar saben. Solo van de acá para allá cagando las veredas, los autos, la ropa o la frente. Justamente, días atrás iba en bicicleta y una de esas palomas me cagó en la frente, motivo por el cual de inmediato le mandé un mensajito a un amigo parafraseando a Juan Carlos Batman cuando canta: “¡Me cagó un pájaro! ¡Acá en la frente!”

Nunca jamás un pájaro me había cagado en la frente. En la cabeza sí, en los hombros, en la espalda o en las piernas… Una vez, me acuerdo; de esto hace un par de años, iba caminando en ojotas, creo que había ido a pagar la cuota de algo al centro y me volvía para casa caminando. Y venía en ojotas de cuero con tanta pero tanta mala suerte, usted no me lo va a creer, pero un pájaro de gran porte, y supongo que era de gran porte porque no lo vi, pero deduzco gran porte por el tamaño descomunal de la mierda que depuso, cagó con tanta pero tanta puntería desde donde carajo sea que estaba defecando, que la mierda entró limpita entre la ojota y la planta del pie en el momento justo en que levanté la pierna para dar el siguiente paso. Y fue muy asqueroso dar ése paso. Porque cuando finalmente lo di y me afirmé en mi pierna derecha para continuar caminando como Johnny Walker, apreté, derramé, esparcí, y empapelé toda la ojota y mi pie con voluminoso y chirle guano de pterodáctilo. Y faltaban cuatro cuadras para llegar a casa.

Y nunca me puse a pensar cuántas veces me han cagado los pájaros, pero le aseguro que jamás me han dado suerte. Es mentira eso de que si te caga un pájaro te da suerte. Prefiero buscar la suerte mirando el programa de Mirtha Legrand, mire lo que le digo.

Y no sé por qué absurdo motivo me fui tan pero tan por las ramas, pero así soy yo, medio ramero…

Entonces le decía, que hay un montón de pájaros. Un montonazo. Fuera de lo común. Y la que prevalece en esta infestación endiablada es la célebre Zenaida Auriculata. Quizás este nombre no le diga mucho, ya que es el científico; usted la debe conocer como “Tórtola Torcaza”, aunque yo no la conocía ni por ese nombre ni por el otro. Para mí es una simple paloma de mierda. Una paloma, que no sirve para nada. Bah, sirven para una sola cosa: para entretener jubilados que van con la bolsita de galletitas picadas a darles de comer en las plazas.

Y uno no puede mantener semejante estructura para que los jubilados se diviertan porque en primer lugar no hay tantos jubilados. 1 jubilado cada 10 palomas sería una ecuación justa pero acá estamos hablando de 1 jubilado cada 10.000 o 100.000 palomas, y no existe manera de que un ciudadano de la tercera edad se monte en épica cruzada para alimentar las 10.000 o 100.000 aves que le tocan según el reciente censo. Prefiero que la municipalidad invierta en cubos mágicos para todos o que instale mesas de ajedrez cada treinta metros.

Así que estamos fritos. No tenemos nada que hacer más que aceptar que hay una obscena cantidad de palomas en la ciudad. Obscena. Ridícula.

Dicen por ahí que esto se soluciona trayendo un número a determinar de lechuzas, que éstas se las comen. Otros dicen que hay una solución química que se rocía en los árboles y las palomas se piantan. Uno del campo manifestó por radio que contrató a 6 tipos con escopetas que no tenían ni siquiera que apuntarles, tiraban al cielo “a la Bartola” y caían de a 5, acribilladas, que mataban algo así como mil por hora pero que esto no servía de nada ya que había millones.

Y yo sé que usted va a decir: “Ay, pero dejate de joder… ¿Con los problemas que hay te pensás que la municipalidad va a gastar 3 minutos en resolver eso?

Y yo lo resolvería. Yo lo resolvería. Porque si esta paloma de mierda resulta ser una plaga como dicen, significa que seguirán expandiéndose hasta el día en que, sin manera de volver atrás y encontrando como única solución autotirarnos una bomba nuclear, advirtamos que hay más palomas que centímetros cuadrados en la ciudad.

Entre mis rutinas diarias debo caminar al centro para diversos compromisos y diligencias y tomo por la Plaza Pringles para acortar camino hacia la peatonal. Yo no sé si usted anda por ahí seguido, pero alrededor de la fuente y en toda la vereda de la cortada hay una alfombra de mierda de paloma que hace patinar sobre las lisas baldosas elegidas para decorar la plaza. Es una porquería caminar por ahí.

Y en el balcón de mi casa tengo 6 macetas en donde las palomas anidaron y esperan 10 hijos cada una.

Insisto, sé que es un tema que puede parecer menor, pero debo advertirles que no lo es en lo más mínimo. Es un tema mayor.

Un día nos despertaremos con una paloma mirándonos inquisidora, parada sobre nuestro tórax con aires de cocorita con una nota en su pico que, al abrirla, leeremos alelados que fuimos conquistados, que Mónica Fein fue depuesta y que ahora rige el nuevo orden municipal del palomo mientras nos deja de regalo un flor de cagadón enredándose en los pelos de nuestro pecho...

Los dejo con la inquietud.

viernes, 18 de noviembre de 2011

$5,20



Hace alrededor de 15 tanques de nafta que cargo Súper. Desde que compré el auto, allá por 2007, siempre llené el tanque con naftas V-Power, porque me molesta mucho ponerle veinte o cincuenta pesos. ¿Para qué? ¿Para ir de vuelta a ponerle otros veinte u otros cincuenta pesos al día siguiente? Siempre me dio mal olor eso de ponerle 50 mangos, me parece que te la ponen, porque no se pueden gastar tan rápido $50, no puede ser que al otro día tengas que ir otra vez a cargar. Y siempre me pasaba lo mismo, ponerle 50 mangos a la mañana de un día tradicional solo me depositaba nuevamente a la otra mañana en la estación de servicio para cargar otros 50 mangos. Y la cuenta no me da, y nunca me dio, porque si sumás 50 mangos por día te da 300 mangos en la semana entera, y un tanque me dura 10 días cómodamente y eso, aún hoy, es mucho menos que 300 pesos.

Entonces me acostumbré a cargar completo. No es tan difícil, hay que obligarse a hacerlo rutina y juntar la plata y guardarla, ir a la estación y decirle al playero de turno: “Lleno, por favor”. Y listo. Una vez que te acostumbrás, no volvés a la vieja modalidad del pichuleo. Y al menos sentís que no te la ponen.

Y entonces cargaba en la Shell, por ser hincha de Ferrari de chiquito siempre cargué ahí por inercia o por magnetismo, qué sé yo. Y le ponía V-Power, extraña y moderna nafta que de seguro es muy superior a las Súper tradicionales, no me va a comparar… Aunque en realidad nunca supe bien-bien qué es lo que las hace tecnológicamente tan superiores a las otras naftas, pero si la usa Ferrari o Schumacher… para mí es una garantía.

Así que le cargaba V-Power. Tanque lleno para mi Fiat Idea, que me duraba entre 10 y 12 días, dependiendo del uso (que siempre es el mismo: Ir al trabajo, ir al parque a pasear a la perra, ir a la escuela a buscar o llevar a mis hijas, ir a ensayar una vez por semana, ir a Pérez todos los domingos a por asado en familia). Y el tanque me costaba $180. Durante mucho tiempo, hasta que empezó a subir de a 5 o 10 pesos de manera constante y sistemática. Y pasó a $190. Y después a $200. Recién cuando subió a $214 me acuerdo que dije, enojado: “Basta, esta es la última vez que le cargo V-Power, se va a la mierda, de ahora en más le pongo Súper y listo”.

Y le empecé a poner Súper y bajé a $170 de golpe. Y ¿qué quiere que le diga? Me encantó volver a recibir billetes de diez de vuelto, pero esto duró muy poco. Enseguida comenzó a subir y subir el costo del líquido elemento combustivo para el vehículo automotor que conducía otra vez de manera sostenida. Y de inmediato volví a los $200 y pensaba: “Qué cara que debe estar la V-Power ahora…” sabiendo que nunca más la utlizaría, porque cuando uno baja esos peldaños no los sube más, se lo digo con conocimiento de causa. He bajado varios peldaños ya.

Y el aumento de las naftas Súper continuó destrozando mi billetera mientras advertía algo terrible: Uno se da cuenta mucho más rápido el incremento de la Súper que el de la V-Power porque debajo de la Súper no hay más nada. Así que cada vez que sacaba mi billetera en una estación de servicio, el movimiento del brazo extirpando el sobre de cuero de mi bolsillo trasero iba siempre acompañado de un “epa” con la cara absorta, completamente alelado. Y de $200 se fue de vuelta a $214, y me acordé de la vez que había decidido no cargar más V-Power por el altísimo costo que ésta portaba. Y ahora no iba a poder bajar otro escalafón, porque nafta Normal no hay más, y me parece que tampoco se le podría poner Normal a un auto con tecnología posterior al año 2000, así que estaba frito.

Y siguió aumentando, Juan Carlos Shell se las ingeniaba para subir unos centavitos el litro cada semana. Y empecé a pagar $220, incluso $230.

La semana pasada fui a cargar nafta cerca de mi negocio, en Amenábar y Oroño, en la Shell donde cargo casi siempre desde hace más de 10 años y en donde incluso tengo amigos playeros, Aníbal, por ejemplo. Gran muchacho, sin dudas.

Aníbal no estaba. Había todos pibes nuevos. Me mandé a un surtidor y el joven y lustroso nuevo playero se me acercó y puso su mano en una de las pistolas larga-nafta y me preguntó, apresurado: "¿Súper o V-Power?" A lo que respondí, con la mirada y la cabeza en otro lado: “Súper”, y el joven sacó la pistola y la encajó en el agujero del tanque y me preguntó: “¿Lleno?”, a lo que respondí: “Lleno”.

Y comenzó a llenarme el tanque mientras yo, desconcentrado, intentantaba despegar una vieja calcomanía de la luneta que ya estaba descolorida y fea al punto de parecer un círculo blanco sin nada que ofertar cuando en sus tiempos mozos había sido una hermosa calcomanía de Cluster, la fábrica de pedales de efecto de viola más seria del país. Y el tiempo se me pasó volando, mientras rascaba el vidrio con la llave del auto para retirar la calco. Eso es raro, porque siempre estoy a mil y soy muy impaciente y siempre estoy mirando como suman los numeritos en el display, pero ese día estaba con la guardia baja como nunca, me había obnubilado aquella labor de retirar la calcomanía. Y tanto me obnubiló la tarea que, cuando la pistola cortó sola desclipando el gatillo con ese “¡Track!” ensordecedor, debo admitir que me asusté. Y el playero, que justo venía porque sabría que estaba terminando de cargar, tomó la pistola con una mano mientras se acomodaba de coté para mirar el surtidor y a la vez me preguntaba: “¿Te hago 250?”.

Lo primero que pensé fue: “Qué pibe bobo, me puso V-Power…”, y a mí no me gusta hacer bardo, y menos si el pibe es nuevo, ya tendrá oportunidad de ser cagado a pedos por otro. No me gusta ni forrear al pedo ni armar escándalos gratuitos. Si me puso V-Power se equivocó. Ya fue, no hay que tremendizar tampoco. No me voy a morir por cargar una vez V-Power... No me voy a hacer ni más rico ni más pobre, como dice el célebre refrán cantonés.

Y le dije, mientras sacaba la billetera con cara de “No pasa nada, quedate tranquilo”, “Te dije súper, no V-Power”, y el flaco me miró, atónito, y me señaló la pistola que retiraba de mi tanque de nafta, que iba insertada en el casillero de nafta Súper del surtidor. “Es Súper”, me confirmó, con un tono como diciendo: ¿te pensás que soy boludo, que nací ayer?” Entonces miré el contador del surtidor y decía “Súper: $6,05 Total $249.99 – 41,22 litros”.

“¿Cuándo aumentó tanto?” le pregunté indignado, ya se me había borrado la comprensión de la cara. “No sé”, me dijo, “hace tres días que trabajo acá”, culminó, como diciendo: “no me rompas las pelotas y si tenés alguna queja andá a hablarla adentro pero correme el auto que tengo que seguir atendiendo”

Y me fui sin quejarme, porque tengo algunas mañas con mis casi 40 años de edad y una de ellas es dejarme violar en silencio. “¿Así que la nafta cuesta eso? No hay problemas, tomá, cobrate y trae una cámara de fotos. Digo, así me sacás una y la guardás de recuerdo, porque es la última vez que me ves por acá” No sé si me explico. Tengo la costumbre de obrar de esa manera.

Y entonces, días después, le comenté el episodio a mi padre, que me dijo que eso me pasa por cargar en Shell, que él hace rato que carga en YPF, que solo a mí se me ocurre cargar en Shell y todas esas cosas que dicen los padres. Que de ahora en más vaya y cargue nafta en YPF, que la Súper está $5,20 y la Premium cuesta solo $6.

Así que me dije: “Listo, Máxima Zorreguieta no va a poder comprarse más carteras de Loui Vuitton con la plata que dejaba como un pelotudo en la caja de la Shell, de ahora en más cargaría en YPF, qué mierda”.

Este domingo fui a Buenos Aires con unos amigos a ver a Pearl Jam. Y fuimos cinco en mi auto, como buenos descapitalizados que somos, pagando así mucho menos que ir en bondi o en trafic. Y entonces fui a una YPF a cargar mi saludable nafta Súper de $5,20 con la fea intención de pasar luego haciéndome el canchero por alguna Shell y mirar socarronamente al playero de turno, que no entendería por qué motivo estaría circulando ese boludo que lo mira con esa cara, pero a mí me encanta hacer esas pavadas, me divierten, qué sé yo.

Entonces entré en la estación y vino un playero, atajándose de antemano, y me dijo: “Mirá que no tengo Súper, ¿eh? Sólo Premium”. Y no me molestó mucho que digamos, el día estaba en pañales, estaba saliendo para Buenos Aires con todo el tiempo del mundo y podría probar en otra, así que me fui, no le cargué nada y terminé saliendo a la ruta sin darme cuenta. Al final pasé a buscar a mis amigos y habladuría va, habladuría viene, se me pasó lo de cargar nafta y ya estaba en la ruta. Tenía cuarto tanque así que llegaba bien hasta el peaje donde está la Shell, pero seguía ansiando cargar YPF.

Como nunca había cargado YPF en la ruta, decidí preguntarle a la mujer del peaje si había alguna estación más o menos cerca y la joven, sin mirarme y extendiéndome el comprobante de pago, me dijo que había una a 15 kilómetros. Perfecto. No tendría que cargar V-Power y podría hacerme acreedor, finalmente, de cristalinos y olorosos litros de nafta Súper de nuestros queridísimos Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Y al poco tiempo de viaje la divisé, había una a cada lado de la ruta, para que los viajeros puedan disfrutar de ese combustivo ya sea de ida o de vuelta.

La YPF estaba repleta de camiones. Llena estaba, un camión detrás de otro. Había como 50, pero autos no había ninguno. Genial. Ni siquiera iba a tener que esperar esos tediosos minutos que a veces hay que fumarse cuando hay cola en las estaciones. Así que me bajé y saqué la tapa del tanque y me quedé un rato esperando que se acerque algún playero a cargarme delicada nafta Súper a $5,20.

El playero vino varios minutos después, no sé por dónde apareció pero me hizo asustar bastante, ya que salió de la nada detrás de un surtidor, al grito de “Flaco, mirá que nafta no tengo, ¿eh?” haciendo enérgicos movimientos horizontales con ambas manos como diciendo “se pudrió todo”.

Yo casi lo mato, ¿por qué negarlo? Realmente me dieron ganas de darle una piña, porque ahora sí que estaba listo ¿Cómo mierda no van a tener nafta, manga de inoperantes? ¿No venden nafta ustedes? ¿Por qué no se ponen a vender frutillas en la ruta si son tan boludos de no haberse dado cuenta que se quedaron sin nafta? ¿No querés mejor que te de una trompada ahora así ya te vas cobrando en cuotas la ira de los cientos de pelotudos que como yo van a venir a escuchar esa pelotudez que decís tan suelto de cuerpo? Me dieron ganas de decirle, pero solo solté un crispado: ¿Y ahora qué hago? con gran indignación, a lo que me respondió, encongiéndose de hombros, que había una estación de servicio a 60 kilómetros para el lado de Buenos Aires, pero que no me podía garantizar que fuera a tener combustible. Un pelotudo importante, diría Juan Perugia.

Así que me fui con la firme convicción de volver sobre mis ruedas y cargar en la Shell del peaje, porque si en la estación a 60 kilómetros más al sur no tenían nafta después sí que iba a estar frito. Y pegué la vuelta rumbo a mi Rosario natal en busca de holandesa nafta Súper a $6,05 para seguir enarcando obsesivamente el patrimonio descomunal del príncipe heredero de Holanda y de nuestra desesperantemente insulsa Máxima Zorreguieta.

Pero unos kilómetros antes del peaje advertí una estación EG3, vieja, fea y abandonada a la vera de la ruta. Y paré ahí. Aún no había arrancado el viaje y ya estaba hinchado las pelotas de la pelotudez de andar como un boludo de acá para allá por culpa de la nafta y el buen hombre de la EG3 que me atendió tenía de todo: Súper, Normal, Kerosene, Marihuana, Thinner, Aguarrás, Johnny Walker, de todo tenía el mozalbete. Así que le puse Súper, a $5,85, y me pegué la vuelta hacia Buenos Aires en busca de insoportables 2:45 de contínuo Pearl Jam en mis orejas.

En Buenos Aires paré en 3 YPFes a por mi nafta Súper de $5,20. Y no la conseguí. Los carteles la promocionaban y la ofrecían con alegría pero los playeros nos advertían antes que detengamos el vehículo por completo que no tenían Súper, que solo podían cargarnos Premium.

Y llegué a La Plata, donde debía disfrutar del recital en el Estadio Único de Daniel Scioli y ya era a matar o morir. Ya tendría que cargar sí o sí porque después a la vuelta iba a ser terrible con todos los grunges queriendo cargar a la vez con sus remeras de Pearl Jam, sus camisas leñadoras y sus terribles e implacables calvicies de cuarentón boludo grande.

Y encontré una última opción, a 15 cuadras del estadio. Una reluciente YPF que me llamaba como una víbora ponsoñoza que está hipnotizando a su presa antes de morderle la yugular. Y entré a por mí cristalina nafta Súper de $5,20 pero tampoco tenían. Así que le eché Premium, nomás. Y me volví a los cabezazos turnando el manejo con Esteban a la 1 de la mañana del Lunes, con el tanque lleno de Premium, completamente entristecido y vejado, haciéndome las siguientes preguntas:

¿Por qué razón aumenta la nafta si, en teoría, no debería hacerlo?

¿Qué absurdo impulso ataca a Shell para cobrar la nafta con diferentes precios dependiendo de la estación a la que uno vaya?

¿Por qué despiadado motivo hay cerca de $1 de diferencia entre la Shell y la YPF en lo que a naftas Premium se trate?

Y la más lastimosa e indignante de las preguntas:

¿Por qué razón hija de puta YPF promociona una nafta a $5,20 que luego no puede servir? ¿Eskenazi realmente supone que nosotros creemos esa historia pelotuda de que no tiene nafta? ¿Realmente cree que al decirnos que no tienen Súper y ofrecernos Premium nosotros no nos damos cuenta que el cartel es una estafa para atraer clientes cansados de buscar soluciones que no existen y cargan Premium porque ya están hinchados las pelotas de dar vueltas?

¿Qué mierda tiene en la cabeza, don Eskenazi?

¿Cuándo va a dejar el cuentito de “Súper no me queda más”?

Me hace acordar a una vieja borracha que tenía un kiosko de morondanga a la vuelta de mi casa y que nunca tenía un carajo y que no importaba lo que uno le pidiera, ella nunca lo tenía, pero le daba vergüenza admitirlo de frente manteca y siempre decía lo mismo “No, ¡hic!, lo que pasa es que se me terminó, ¡hic!. Recién vendí el último ¡hic!”.

Nunca se le terminó porque nunca lo tuvo. Nunca. Como Eskenazi, que no tiene nafta Súper y por eso la promociona a un precio que no la puede vender.

Don Enrique, tengo más ideas para darle para atraer al público. Mire, se me ocurrió esta, que es buenísima: Ponga un cartel que diga, bien grande: “Si carga más de 50 pesos la flaca del minimarket le hace un pete” entonces después pone adentro un fornido y fulero morocho de bigotes a atender el kiosko y cuando los clientes pregunten por la flaca petera, déle la órden al morocho de decir que ésta se rompió un diente en el último pete que hizo y está en el odontólogo ahora, que si el cliente quiere, el pete se lo puede hacer él. Es un éxito seguro, se le van a llenar de clientes las estaciones, créame.

U otra, ¿para qué poner ese precio tan cerca de la realidad? $5,20 es muy caro, ponga que vale un peso. ¡O que no vale nada!, es más, oferte que al que cargue nafta Súper le regala cien mangos, ¿sabe cómo se le ponen las estaciones de servicio? ¡Así de clientes!

En serio, don Eskenazi, hágalo, hágalo así la hacemos completa.

A veces parecen chicos por cómo se comportan... Es una vergüenza que pasen estas cosas y habría que meter preso a Eskenazi por ofrecer cosas que no puede vender. Porque Eskenazi no es una vieja borracha que tiene un kiosquito en un barrio. Es el dueño de YPF, la empresa argentina que debe proveer mejor que ninguna otra de combustible a sus conciudadanos.

Y así estamos, yendo de acá para allá como ovejas pelotudas cagados a rebencazos por estos hijos de su madre.

Váyanse ahí donde los mando siempre, desubicados.

jueves, 20 de octubre de 2011

Vamos a votar




El domingo que viene vamos a votar. Y como ya les he mencionado en varias oportunidades, yo no soy kirchnerista. Mis amigos se lo pueden señalar, he tenido grandes altercados con alguno de ellos. Y continúo aseverando, afirmando y determinando vehemente que no soy kirchnerista.

Pero debo reconocer que hoy no pienso lo mismo que pensaba al momento de la muerte de Néstor, que manifesté directamente que no me gustaban y que no confiaba en ellos.

Y algunos dirán, indignados, que me di vuelta. Otros aplaudirán, envalentonados, mi “pseudo giro” y me invitarán exagerados al club. Otros no dirán nada y se harán bien los idiotas. Pero no importa, ya estoy curtido y les seguiré advirtiendo lo mismo a los tres grupos de personas:

Yo no soy kirchnerista.

A mí me da lo mismo que las modificaciones que haya que hacer para conseguir un país mejor las haga Kirchner o Montoto. Y para alegría de unos e ira de otros, esos cambios sustanciales que vengo anhelando desde hace alrededor de 20 años están empezando a salir a flote:

La famosa ley 125, que mostró de una vez por todas la hilacha más perjudicadora que hemos tenido siempre en nuestro país, que es el campo, la sociedad rural y los dueños de más de mil hectáreas que viven vidas obscenas hasta el vómito mientras el resto los ve pasar en 4x4 o en Audis comprándose un departamento detrás del otro para no poner la plata en el banco, que justamente la necesita para prestársela a los mismos que antes los vieron pasar en la 4x4 yendo a comprarse el enésimo departamento del año. El campo ya fue. Ya no tiene marcha atrás. Y eso se lo debemos a Cristina y hay que reconocérselo.



O la ley de medios, que desarticuló (Sí, ya lo podemos decir: Lo desarticuló) al monopolio más nefasto que haya guiado los rumbos del país por décadas, como señaló el Indio Solari en la entrevista que le hicieron en Garganta Poderosa: “El poder de los medios no es el 4to poder, es el más grande poder por encima de cualquier otro poder”. Hoy por hoy todo el mundo sabe que Clarín miente y La Nación presiona. Todo el mundo. Y no importa lo que hagan para revertir su triste pero finalmente justa realidad. Están muertos. Y dan manotazos de ahogado como el robot malo en Terminator II: Aúllan y chapotean en el hierro líquido mientras se desintegran inevitablemente ante el silencio sepulcral de la población, que ni se mosquea y le da exactamente lo mismo verlos morir o fundirse. Y esto se lo debemos a Néstor, que dejó la vida en esa pelea: ¿Qué te pasa, Clarín? ¿Estás nervioso? Sí. Muy. Tan nervioso que no se dio cuenta de que cada cosa que hizo desde ese momento en adelante fue una palada más en el cavamento de su propia fosa. Y se murió. Porque se quedó sin nada. Y aunque es, como insisto en traer a colasión dichos del Indio Solari en aquella entrevista: “Una lucha permanente que no tiene fin” Ya todo el mundo sabe quién es quién. Y eso debemos agradecérselo.



Habernos desendeudado por 51 mil millones de dólares, decirle en la cara a Bush en Mar del Plata que NO al ALCA, haber cancelado la deuda con el FMI, haber renegociado la deuda externa con una quita del 70%, limitar los capitales golondrina y tener 50 mil millones en reservas no deja lugar a dudas que, por ejemplo en este tema puntual, no hay nada que reprocharle a los Kirchner.

Impulsar la industria nacional de la mano de Guillermo “loco de atar” Moreno, prohibiendo, por poner un ejemplo entre cientos, la importación de autos de alta gama hasta que no se acuerde la exportación de cueros argentinos para la fabricación de asientos e interiores de dichos vehículos, hace que me den ganas de darle al Sr. Moreno un beso de lengua si me lo llego a cruzar alguna vez por la calle. Así que ya lo sabe, don Guillermo, está advertido, me lo llego a cruzar por la calle y le meto un chupón.



Recuperar Aerolíneas Argentinas, la fábrica militar de aviones de Córdoba, construir un gasoducto por el Estrecho de Magallanes o el dique Los Caracoles en San Juan, o impulsar el abastecimiento de energía eólica en Chubut o el consumo de biocombustibles construyendo plantas de bioetanol, o fomentar las cooperativas de trabajo en fábricas abandonadas por sus viejos dueños o recuperar astilleros quebrados, o prevenir y sancionar la trata de personas… Debemos reconocer que son cosas que no estábamos acostumbrados a ver en los gobiernos anteriores, qué quiere que le diga…




O yendo más al hueso, aún, Adherirse a la convención sobre la imprescriptibilidad de crímenes de guerra y LESA humanidad y relevar los Centros Clandestinos de Detención instalando espacios para la memoria y colocando placas recordatorias, eso también caló hondo en todos, verlo a Néstor ordenando sacar el cuadro de Videla de la ESMA fue un gran logro atrasado. No entiendo por qué no se les da el mismo trato a los montoneros muertos que a los colimbas que tenían que luchar contra ellos por órdenes de arriba, pero al menos por ahora tenemos esto. Espero que en el próximo mandato se indemnice también a los familiares de los colimbas de 18 años muertos en Formosa, por poner un ejemplo.

Crear el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), donde cientos de jóvenes dejaron su muestra de sangre para ser archivada y entrecruzada posteriormente con las muestras de los familiares de embarazadas y niños desaparecidos durante la última dictadura, también debemos reconocérselo…

Levantar de manera irrestricta la reserva de información vinculada al terrorismo de estado abriendo archivos vinculados a violaciones a los derechos humanos, levantando la reserva o el secreto respecto de los legajos de personal militar. Tuvieron que pasar 30 años y 9 presidentes para que se imponga de una vez esa orden.



Reducir los miembros de la corte suprema y presionar a aquellos que le daban la mayoría automática a Menem para que renuncien y se vayan fue otro difícil logro de este gobierno. Ya nadie se acuerda de Nazareno, Moliné O´connor y Vázquez… Nadie los recuerda. Porque en este país las cosas se olvidan en un minuto. Pero yo sí me acuerdo, yo me acuerdo de los manotazos de ahogado que dio Nazareno, yéndose a los gritos de la corte y señalando a los periodistas que jugaban al golf con él los domingos, ante la desesperada negación de los hipócritas periodistas que acusaba, que hasta hacía 15 minutos jugar al golf con Nazareno en algún club careta de Bs As era lo más top de lo top y ahora era solo un terrible insulto.



Más de 60 mil casas terminadas y más de trescientas mil en ejecución para darle casa propia a más de un millón de personas junto con la reconstrucción de más de 38mil kilómetros de red vial en todo el país que habían sido severamente dañadas por el paso del menemismo y las políticas de concesiones que se dedicaron a recaudar con puestos de peaje sin inversión alguna, abarcando desde la autopista Rosario-Córdoba junto con la repavimentación de la ruta 40, columna vertebral de nuestro país que conecta 11 provincias: Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, San Juan, Mendoza, Neuquén,Rio Negro, Chubut, Santa Cruz, con 21 ríos, 20 Parques Nacionales y reservas naturales. Más la recuperación de los ferrocarriles, cosa rara por cierto ya que hasta hace muy poco me estaba comiendo las muelas de la bronca al escucharla vehemente explicar lo inexplicable con lo del tren bala que al final, gracias al cielo, no se hizo. El ferrocarril fue desmantelado durante los 90, se levantaron líneas enteras dejando aislados pueblos. Es famosa la frase: "Ramal que para, ramal que se cierra", infestando las rutas de camiones que encarecieron el transporte de materias e incrementaron los accidentes de tránsito. No existe lugar en el mundo que se maneje de la torpe manera que nos manejábamos en la época de Menem. Se recuperaron servicios ferroviarios de pasajeros olvidados hace 10 años. Se rehabilitaron más de 2.500 kilómetros de vías. Se rehabilitaron los talleres ferroviarios de La Plata y Tafí Viejo. Hasta se empezaron a fabricar trenes de doble piso… 25 formaciones de coches de doble piso para las Líneas Sarmiento y Mitre.



Y después está la Asignación Familiar por Hijo. Un aporte monetario que iguala en cobertura de asignaciones familiares al desempleado con el empleado. Esto permite combatir la pobreza extrema y dar a cada niño que nace un ingreso aunque sus padres no trabajen. Yo siempre estuve en desacuerdo con esto, porque tengo familiares que saben que la mayoría de esa plata se va en fasos, cerveza y tarjetas de telefonía móvil para llamar al *2020 y pedir el horóscopo del día, pero también tengo que admitir una cosa: si de 10 asignaciones 2 van a pañales y comida, son 2 más que las que había antes, y eso no es poco.

La eliminación de las AFJP… ¿Qué decir de este ítem indignante? Recuperar la mayor y más infame privatización realizada por el gobierno de Menem: la privatización del dinero de los jubilados. Ahora el sistema público recupera sustentabilidad económica y financiera al contar con el dinero que le fue saqueado durante 15 años por un pseudo financista que se la pasó saliendo en la Revista Caras mostrando la nueva obra de arte que había adquirido con su notable visión sobre cómo hacer dinero en pala para después hacer fuertes inversiones en NorDelta construyendo uno de los barrios cerrados para poderosos más copados del país, y todo hecho jugando con la plata de los jubilados… Y también hay ruido en este ítem: yo sé que hoy se recurre al ANSES para aplacar el déficit fiscal. Y eso está mal. Y deberían dejar de hacerlo. Pero ¿qué quiere que le diga? Prefiero mil veces que el ANSES obre mal aplacando el déficit fiscal a que un indignante flaquito de mediana edad siga refregándonos en la jeta lo exitoso que es y lo multimillonario que se hizo a costillas nuestras. Toda la vida.



La tele gratuita… Dar la posibilidad de ver tele de buena calidad y no la mierda que dan por cable, junto con la cojuda intervención para que el fútbol sea para todos… Parece un sueño del que no me quiero despertar.

Los platos de los científicos, ya espejados de tanto lavarlos, finalmente van a estar donde deben: En la alacena.



El “Programa Remediar” que entrega medicamentos a 15 millones de personas que no tenían acceso, junto con los medicamentos “Genéricos”… Dejé de pagar más de 60 pesos por el Taural que me amainaba la acidez y ahora pago $7, cómo me violaron, Dios…

Y las netbooks, que les dieron una sonrisa de oreja a oreja a más de un millón setecientos mil pibes que jamás habrían podido acceder a este aparatito que veían por todos lados menos en su casa, incentivándolos (y obligándolos) a ir a la escuela en lugar de estar menemistamente tirados en la calle. Esto nunca jamás lo habíamos visto.




Arreglar a los Ex Combatientes de Malvinas, olvidados y abandonados a su suerte por cada uno de los presidentes que nos gobernaron hasta la fecha, aumentando 130% más sus pensiones e incorporándolos como beneficiarios de PAMI junto con su grupo familiar. A pesar que me gustaría que se les dé mucho más, algo es algo. Tenemos una deuda vergonzosa con los excombatientes, una deuda que duele en el pecho. Y ningún presidente anterior había hecho nada por ellos.

Marcar territorio como perros en celo en cuanto a política exterior se trate: no lo puedo creer, es increíble lo que estamos viviendo en ese aspecto, creando la UNASUR. Falta mucho todavía, pero ver cómo Débora Giorgi le paró el carro a Dilma Rousseff… No lo puedo creer, literalmente no lo puedo creer.





O arreglarnos con Perú, luego del moco que nos mandamos (todos) durante el gobierno de Menem por la venta de armas al Ecuador, junto con el convenio con Bolivia para repartirnos petróleo y gas por veinte años me hace preguntarme, con gran perplejitud, una pregunta que me carcome el bocho todas las noches, porque hay que ser boludo. O no, no es boludo la palabra. Necio. Esa es la palabra. O mejor idiota, aunque no sé, porque a un idiota no se le ocurriría hacerlo, si es idiota… No. Ya sé: Caradura. Ésa es la que va.

Caradura.

Hay que ser Caradura para ser político y subirse a un púlpito y hablar de cualquier cosa que haya hecho mal este gobierno y enumerar todo lo que harán los nuevos gobernantes opositores cuando tomen el poder si convencen al pueblo de que los voten.

La verdad que no me imagino dar marcha atrás justo ahora. Seríamos estúpidos si lo hiciéramos. No me imagino gobernado por Duhalde ni en la más terrorífica de mis pesadillas. El sólo hecho de suponerme gobernado por Ricardito Alfonsín, que acaba de empapelar mi querida ciudad con una gigantografía que lo muestra enorme y saludando como su padre bajo un título que pregona, sin anestesia: “Con los valores intactos”, me da diarrea. ¿Con los valores intactos? ¿Qué tiene? ¿Unos valores en el cajón? Para mí que debe tener unos cheques a fecha y los tiene en buenas condiciones, intactos; porque valores de valores de ser humano no creo que se refiera a eso, si se asoció con De Narváez… ¿de qué valores estará hablando? Yo no creo que una persona sea tan pero tan estúpida de arrancar para ese lado sabiendo que el pueblo tiene cerebro y lo utiliza.

Es como que salga el turco y se postule y su slogan sea: “Con la honestidad ante todo”, o De la Rua: “Con firmeza y expeditivismo”, ¿no? O Lilita, que salga y que su slogan sea: “Sin tremendismos, sin holocaustos, sin acusaciones”.

Qué sé yo…

Hagan una cosa, y esta vez se los digo preocupado por sus futuros personales. Pónganse una gomería o un maxikiosko, porque en política no duran muchos meses más.


Y volviendo arriba de todo, a los primeros párrafos de este kilométrico posteo. Hace 6 meses atrás, cuando pasó lo que pasó con las cuentas en Suiza de HM, pensé: “Si se lo saca de encima voy y la voto”.

Y se lo sacó de encima. Y ahora el otro que cayó esta semana es JG.

¿Qué más le puedo pedir a la vida?

Muchas cosas, porque soy insaciable. Así que anotá, Cris:

Las cuestiones que me siguen haciendo ruido son varias, una es el tema de la Barrick Gold y la minería a cielo abierto. Vamos, Cris, sacate al viejo ese de encima. No necesitás eso.

Otra la explica mucho mejor el petiso Parés en la última Barcelona:





"Todo bien, flaca, pero alguien podría llegar a pensar que con 70 millones de pesos me hago ALTO GUISO. Y después, que todo mal".

Cristóbal, Rudy y Lázaro hacen muy feo olor, Cris. Deberías cristalizar eso, aunque no sé de qué manera ya que viene de la época de Néstor.

De Vido está re pegado en un montón de cuestiones y tiene muchos años en el cargo, sería un bálsamo de alegría chorreante verlo abdicar de una vez por todas.

Jaime debería ir preso, Cris. Ya tendría que estar tras las rejas hace mucho.

Al igual que HM y JG, que no los nombro para que no me suiciden y me tiren en una zanja, pero todos sabemos de quién estoy hablando.


Esperemos a ver qué pasa en el tercer mandato. Me quita el sueño imaginarlo, porque hace un montón que veo que anda todo bien.

Ojalá se nos den todas las que ansiamos, que hasta ahora se nos vienen dando.



Ojalá que te vaya bien.





Suerte, morocha. Avanti.


Juan Pablo Scaiola