lunes, 31 de enero de 2011

Personal te conviene

Hoy les voy a intentar describir un inconveniente que estoy teniendo con el celular, ese mágico aparatito que nos cambió la vida y que, sin él, ya no podemos vivir.

Soy cliente de Personal. Desde hace muchos años, creo que al menos 15. Y desde hace más de 5 años tengo un plan de “empresas” para poder hablar gratis con mi madre, mi hermana, mi padre, mi mujer y mis hijas.

Los celulares no funcionan más. No sé si usted tomó nota de esto que le digo pero es así: no funcionan. Porque hay muchos y las antenas están congestionadas de manera crónica. Sépalo, amiguito, así no se le sale la cadena de la bicicleta al pedo por algo que no tiene solución.

Dicen las malas lenguas que en este país hay un promedio de al menos 2 celulares por habitante. Y eso arroja un total de 80 millones de líneas.

Entonces pasa lo siguiente, cuando usted habla con su interlocutor se producen “muteos” irrecuperables de un cuarto o medio segundo de duración que trastornan de manera irremediable las comunicaciones por las que pagamos el servicio que la empresa de telefonía nos debiera brindar.

Ahora bien, si esos “muteos” fueran sólo producto de la falta de calidad en el servicio por saturación de equipos y escasa cantidad de antenas diseminadas en la ciudad, éstos deberían aparecer en cualquier instancia de la conversación y no sólo en la “palabra estratégica” o en la “palabra líder” de la oración. Y esto me hace pensar que las empresas de telefonía celular tienen un entrenado ejército de elite que escucha sin destajo las conversaciones de los abonados y dispara los “muteos” en los momentos críticos, para que el cliente deba volver a llamar y así gastar una nueva llamada.

Voy a poner cuatro ejemplos de lo que ocurre, así usted se hace amigo del problema y va contemplando si esto que le digo no le pasa a diario:


Conversación 1: 


- Madre e hijo -


HIJO: ¿Qué hacés, Ma?
MADRE: Acá estoy, leyendo el “MUTEO” de la “MUTEO”
H: ¿Qué?
M: Leyendo el “MUTEO” de la “MUTEO”
H: Se corta justo. No te entiendo.
M: Leyendo el “MUTEO” de la “MUTEO”
H: Bueno, no importa, sigo sin entenderte, mirá que en un rato voy a pasar, estáte atenta así bajás a abrirme.
M: ¿A qué hora venís?
H: A eso de las “MUTEO” y cuarto
M: ¿A qué hora? Se cortó justo.
H: A las “MUTEO” y cuarto.
M: Se sigue cortando.
H: ¿Ahora me oís?
M: Sí. Fuerte y claro.
H: A las “MUTEO” y cuarto.
M: No, se sigue cortando. Hacé una cosa, yo me preparo y te espero, y cuando llegás me tocas timbre.
H: ¿Y si no “MUTEO” lugar para “MUTEO”?
M: No, se corta, hijo; no sé qué me dijiste…
H: Que si no “MUTEO” lugar para “MUTEO”.
M: No, qué macana, se corta justo.

Este es un ejemplo tonto y cotidiano sobre una situación que, a pesar de romper mucho las pelotas porque uno paga por un servicio y pretende utilizarlo, el caso no es de vida o muerte. Realmente no importa qué estaba leyendo la madre, como tampoco es tan relevante a qué hora llega el hijo a la casa. Suponiendo una madre que está en su morada y no piensa salir o no tiene qué hacer. Tampoco importa mucho si el hijo no consigue lugar para estacionar y no le puede tocar timbre, en todo caso deja un minuto el auto en doble fila, cuestión arraigada en nuestra idiosincrasia, y le toca timbre para que la madre vaya bajando mientras él estaciona en la otra cuadra y vuelve caminando. Póngale onda, tampoco es tan grave…

Veamos otro cristalino ejemplo.


Conversación 2: 


– Jefe – Empleado -


JEFE: Martínez, ¿Pudo hacer el depósito?
EMPLEADO: No, señor. Estaba “MUTEO” el “MUTEO” de la cuenta.
J: No lo escuché, Martínez. Se cortó justo. ¿qué le pasó?
E: Estaba “MUTEO” el “MUTEO”, señor.
J: Sigo sin recibirlo, ¿por qué no se queda “MUTEO”?
E: ¿Señor? No entendí lo último que dijo…
J: ¡“MUTEO”, Martínez! ¡”MUTEO”! A ver si me toma mejor…
E: ¿Ahora me escucha?
J: Sí, mucho mejor. ¿Qué problema tuvo con el depósito?
E: Le decía que estaba “MUTEO” el “MUTEO” de la cuenta.
J: Caramba, Martínez, parece a propósito pero justo se cortan esas dos palabras tan necesarias para que nos entendamos, haga una cosa, es la una y media, por qué no se viene a la oficina y me lo explica en persona, todavía tiene tiempo de volver a hacer el depósito.
E: Como no, señor. Ya estoy yendo.
J: Lo espero.

Tanto Martínez como su jefe, por esta ocasión, tuvieron suerte ya que era la una y media, faltaba otra hora y media para que el banco cerrase sus puertas y la oficina de Martínez estaba sólo a unas cuadras de la sucursal del banco. Martínez volvió a su oficina, un poco agitado por la disparada y le explicó finalmente el problema con el depósito: Estaba MAL el NÚMERO de la cuenta. El jefe constató el error, faltaba un número, y Martínez salió disparado al banco con el número de cuenta correcto.


Hasta aquí son imponderables razonablemente inocuos. No hacen mal a nadie. Sólo hacen perder el tiempo. Ése tiempo que nos es esquivo desde hace varios años. Porque ya no tenemos más tiempo, si usted no se dio cuenta todavía.

Pero pongamos un tercer ejemplo. Un poco más complicado, por cierto:


Ejemplo 3:


– Cliente de empresa de seguros en la ruta con la familia compuesta por dos hijos pequeños y una mujer – Telefonista de la empresa de seguros.


TELEFONISTA: "BORDER-COLLIE" Seguros on-line, mi nombre es Fabiana, ¿En qué puedo ayudarlo?
CLIENTE: Sí, buenas tardes. Me quedé en la ruta, me podría mandar una grúa, aparentemente es un problema eléctrico porque el auto se paró y no arranca más.
T: Cómo no, señor, dígame por favor la ubicación.
C: Estamos a “MUTEO” kilómetros de la estación de servicio Shell de “MUTEO”, mano a “MUTEO”
T: Disculpe, pero no le entendí.
C: Le decía que estamos a “MUTEO” kilómetros de la Shell de “MUTEO”, mano a “MUTEO”. Pero pasando la Shell, pasándola para el lado de "MUTEO"...
T: No logro entender la locación, hágame el favor de correrse unos metros para ver si puedo recibirlo mejor, mientras tanto dígame la patente de su vehículo y el número de póliza.
C: Cómo no. El auto es un “MUTEO”, gris perla. Y la patente es JG”MUTEO” “MUTEO” 8. Y el número de póliza… Espere que no lo encuentro. Acá está. Tome nota: “MUTEO””MUTEO”4 H 14 J “MUTEO”MUTEO””MUTEO” 3.
T: No, señor, lamentablemente no le entendí nada de lo que me dijo, debe correrse de donde está porque no lo tomo. Se corta.

En este caso, más peligroso, por cierto; el cliente podría haber tenido un accidente en la ruta. Al no conseguir brindar la información solicitada a la telefonista puede que hubiera desesperado por estar con la familia en la ruta y hubiese optado por hacer dedo y dejar a su mujer e hijos solos, con todo lo que esto significa, con los accidentes de tránsito de los que somos testigos a diario.


Pero vamos de una vez por todas al ejemplo más peligroso de todos, ese que no tiene salida y que transporta al cliente a una muerte segura.


Accidente hogareño. Un niño tomó veneno para hormigas. Su madre, desesperada, llama a emergencias. Esta mujer vive muy lejos y la ambulancia va a tardar una hora larga en llegar a su casa. Por lo que la telefonista del centro de atención deberá darle consejos a la mujer de cómo actuar hasta que lleguen los paramédicos.

MADRE DESESPERADA: ¡Hola! ¡Por favor! ¡Mi hijo tomó veneno para “MUTEO”! envíenme una ambulancia. Está en el suelo con los ojos en blanco y la botella tirada a su lado ¡SE MUERE!
TELEFONISTA: Por favor, señora, cálmese. ¿Veneno para qué tomó el nene? No se escuchó.
MD: ¡Para “MUTEO”!
T: Sigo sin comprender, pero no se aflija, dígame la dirección, que ya enviamos un médico.
MD: ¡“MUTEO” 4284!
T: No le entendí la calle, señora. Relájese y córrase de donde está porque se corta. Se vé que no tiene buena señal.
MD: ¡”MUTEO” 4284! ¡Vengan pronto! ¡Le sale “MUTEO” por la boca! ¡Y tiene “MUTEO”!
T: No logro entenderla, señora, deberá ir a otra habitación para poder tomarle los datos porque se corta. De lo contrario no podré enviarle el médico y tampoco podré decirle qué hacer mientras estos llegan a su casa...


¿Vieron como de golpe, con este último ejemplo dejaron de reírse y se asustaron un poquito?

Entonces, me pregunto.

¿Qué debemos hacer con estas empresas de cuarta que nos brindan estos patéticos servicios, que nos atienden como si fuéramos ratas apestosas y que nos venden aparatos de pésima calidad para comunicarnos para de esta inútil manera mientras cobran fortunas inadmisibles que no se comparan con el mismo servicio en otra parte del mundo, convirtiendo a la Argentina en uno de los países con telefonía más cara del mundo, que encima está por aumentar inminentemente?

¿Por qué razón si el “MUTEO” es producido por la absoluta congestión que sufrimos, éste no aparece en cualquier lado y sí lo hace en esos lugares estratégicos?

¿Por qué razón no importa las veces que uno repita la frase, como tampoco importa como uno de vuelta la oración, el “MUTEO” sigue perturbando a la palabra líder para que uno no logre hacerse entender?

¿Los celulares no fueron inventados para que nos comuniquemos?

¿O son sólo para pagar una cuentita más en esta vorágine miserable que es nuestra vida?

¿Algún día tomaremos el toro por las astas y tiraremos todos los celulares a la basura, haciendo que estas poderosas empresas claudiquen, se fundan y exploten de una vez por todas?




Personal no te conviene… Personal te abstiene. Personal te detiene.

7 comentarios:

  1. Dios trata de poner a prueba su estoicismo, hijo mio.

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  2. lo dicho no es novedad para nadie, de modo que plegarse a tu berrinche(aunque seamos 40 millones) no cambiara la cosa...
    hagamos algo contundente,(que no se me ocurre, y en solitario,menos), o bien sigamos bajandonos los lienzos CALLADOS...
    A alguien quizas se le ocurra algo mas ingenioso que un piquete.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Eliminé mi comentario anterior porque lo había hecho a las apuradas y me pareció que tu comentario merecía más que "pensemos, pensemos".

    No me parece que debamos seguir bajandonos los lienzos CALLADOS con mayúscula, ¿qué quiere decir eso?

    Yo prefiero toda la vida seguir manifestando estas cuestiones para que las personas que me leen puedan contemplar si las cosas que me pasan alguna vez le han pasado o si no. No me parece que debamos quedarnos CALLADOS. Yo prefiero quedarme a los gritos. Y también prefiero que me den opciones de queja, que haya más involucrados, que todos nos pongamos las pilas de una vez por todas. CALLADOS vamos a seguir siendo VIOLADOS por las empresas que nos brindan SERVICIOS.

    ¿No te parece?

    He visto que este blog lo sigue bastante gente y son muy pocos los que hacen comentarios, ¿no estaría bueno que cada uno que lea haga un comentario sobre lo que manifiesto o sobre sus experiencias personales?

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  5. Compatriota Gilmour
    comparto plenamente tu bronca, (que es la misma que siente en el cuero propio) c/uno d los usuarios de este servicio y tambien los usuarios de los otros servicios, salvo infimas diferencias.
    Dicho esto NADIE NECESITA QUE SE LA CUENTEN, o sea: No es novedad para nadie, involucrados ya estamos.
    Vos preferis GRITAR.
    Estupendo,si con eso acallas tu conciencia diciendole que no fue "Una violacion consentida" y quedas en paz. Sin embargo en sus consecuencias, es lo mismo que no hacer nada y en tal caso, para que gastar energia...
    Aparte: una golondrina no hace verano, (Dos tampoco)...
    Es una opcion la que propones: Tiremos los celulares a la basura...,es valida como salvacion individual,pero no lograra el objetivo.
    Sigamos BAJANDONOS LOS LIENZOS CALLADOS, acumulemos la energia que da la rabia contenida,
    que en su momento esa presion nos agrandara los cojones para gritar entonses si, todos juntos:
    V.A.S.T.A.!!!
    fijate que no es necesaria ninguna violencia,
    vasta fijar el dia desde el cual se deja de usar los celulares POR 1 MES salvo para emergencias.
    Creo fervientemente que alguna vez dejaremos de ser una manada de ovejas,que a veces valan.
    Un abrazo cordial

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  6. Pero no estaría bueno que nos pongamos todos de acuerdo y tiremos los celulares en un cajón por un mes? Tenés idea el buraco que producimos? Caerán de las ventanas de los rascacielos decenas de directores treintañeros cocainómanos en franco suicidio colectivo...

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