domingo, 23 de enero de 2011

Vamos de paseo, pí, pí, pí.

El viernes estaba trabajando como un temerario, con la cabeza partida por toda la semana y con el calor, que sobre fin de Noviembre me hizo decidir, muy a mi pesar, que a partir del día siguiente trabajaría sólo de 6 de la mañana a 14, de corrido. Tengo la ventaja de poder decidir esas cosas y no me imagino lo que deben sufrir los que no pueden y deben trabajar por la tarde en labores como la mía (galpón de chapa sin ventilación y, obviamente, sin aire acondicionado). Entonces, decía, estaba trabajando muy acalorado con una paspadura en la entrepierna que ya se me hizo perenne. Y estaba escuchando a Víctor Hugo.



Siempre escucho a Víctor Hugo, a pesar de que odio la manera desfachatada con que mete las publicidades entre noticias, que hizo que durante un largo tiempo lo abandone, pero ahora hace rato que volví. Y necesito escucharlo. Sobre todo para saber cómo viene la mano.

Le tenía gran respeto a este hombre hasta el día en que me llegó un mail diciendo que Néstor le había pagado 10 palos verdes para que lo apoye en su gobierno. Al principio no lo podía creer, realmente. No lo concebía. ¿Víctor Hugo? Me sentí ultrajado, engañado, qué se yo, me sentí para la mierda.

Pero el mail que me enviaron no dejaba lugar a dudas:

1.Vicente Horacio Mendoza y Viviana Hilda Méndez, empelados de Continental, advirtieron la dádiva y lo comentaron entre los demás empleados de la radio. Y Víctor Hugo hizo presión para que los echen. Y los echaron.
2.Magdalena Ruiz Guiñazú cortó abruptamente su relación con Víctor Hugo, cancelando de un día para otro el “pase” que hacía con él al final de su programa, que tan interesante era.
3.Continental y Víctor Hugo, que ya habían mencionado que no transmitirían el mundial Sud África 2010, de un día para otro fueron y lo transmitieron.
4.Víctor Hugo dejó de hablar mal para siempre de Julio Grondona, su enemigo acérrimo N°1.


Yo escuchaba “el pase” que hacía con Magdalena. Lo escuchaba, no me lo contó nadie. Y fui testigo el día en que ese pase no estuvo más. Tampoco estaba como un pelotudo sentado en una silla con una mano sosteniéndome la pera, embelesado con los comentarios de estos dos, no. Simplemente lo escuchaba y noté que un día no estuvo más.
Y luego, hace poco, cuando Víctor Hugo renovó su contrato con la radio por 4 nuevos años, un oyente le preguntó a Fernando Bravo, periodista que lo sucede en la grilla de Continental, qué opinaba de la extensión de dicho contrato, a lo que Fernando Bravo contestó: - A mí ésta radio me paga para que hable entre las 13 y las 17, de lunes a viernes. Lo que pase fuera de ese horario no me incumbe… -




Hace un año atrás, más o menos en la época que posteé indignado el debate entre Longobardi y Víctor Hugo sobre la ley de medios (en donde Longobardi quedaba como un perfecto idiota por no dar su punto de vista sobre la ley y Morales sostenía su postura con dignidad, garbo, prestancia y mucha información) le habían hecho una nota en la revista del diario La Nación, en donde Víctor Hugo mostraba su casa, en Puerto Madero, un departamento absolutamente del carajo, que impactaba por donde se lo mire y dejaba a uno con la baba goteando. Y Víctor Hugo posaba para las fotos en el estar, en la sala de música, en la cocina, en el living; siempre custodiado por ventanales enormes que mostraban, a lo lejos, el Uruguay. Era el departamento de un potentado.

Cuando leí esa nota me quedé sorprendido por la forma elegante y súper cómoda de vida de Víctor Hugo, pero enseguida entré en razones: Víctor Hugo es un tipo que hace 30 años que es muy escuchado y los contratos que firma deben ser millonarios, así que es lógico que tenga tamaña cantidad de plata.

Y el tiempo pasó, y Víctor Hugo siguió hablando maravillas del gobierno, siguió metiendo la publicidad de los lentes Francioni en lugares absolutamente descabellados y yo lo seguí escuchando con tristeza, bastante a mi pesar. Porque la otra opción, querido amigo, es poner a Oscar Gonzales Oro, y no puedo. Realmente no puedo escuchar ese programa.

Entonces, volviendo al párrafo inicial de esta simpática publicación, el viernes pasado estaba trabajando muy acalorado y Víctor Hugo transmitía desde Mar del Plata y eran las once y pico. Y hacía mucho calor y me dolían mucho las manos. Y estaba paspado. Y tenía sueño. Y Víctor Hugo menciona algo sobre que Mar del Plata es la ciudad en donde veranean los argentinos de clase “media”, y que para calcular qué tipo de clase media veranea en Mar del Plata (se ve que para Víctor Hugo hay varias "clases medias"), le había pedido a su producción que le haga un listado de los autos que circulaban por la puerta de la radio porque, a pesar que él estaba detrás de una ventana que mostraba la avenida, él no conocía de marcas de autos y no podría señalar qué auto estaba circulando, que la producción le había dicho qué auto tenía él: Un Chevrolet Corsa, y que los autos que pasaban eran: un Ford Sierra, un Fiat Duna, un Peugeot 504, un Ford Taunus, etc, etc.



Víctor, mirá que yo no me enojo fácil, fijate incluso que, a pesar de todo el mal olor que hoy te rodea, te seguí escuchando… Pero no podés. Definitivamente no podés.
En primer lugar no podés señalar como clase media a gente que tiene esos autos. Admitílo. Es gente pobre. No es clase media. Nadie en ese escalafón de la sociedad tiene ese tipo de autos. Son pobres, Víctor Hugo. Pobres. Pobres que viven en este país. Porque hay pobres en este país. Y veranean todos juntos en Mar del Plata, como pueden, rifando todos los ingresos del año que comienza en cuotas con la tarjeta para poder vacacionar 15 días en enero, todos apretados, en la Bristol. Entendé ése punto. No seas tan caradura.

En segundo lugar: no podés no saber los nombres de los autos, Víctor Hugo, déjate de joder, sos un tipo grande, ¿Cuántos años tenés? ¿60?

¿Nunca viste, en tus años de juventud, un Torino con ansias de manejarlo?

¿No conocés el Audi?, ¿el BMW?, ¿el Mercedes Benz? ¿No te suenan esos nombres? ¿Nunca viste los logos de esas marcas? En el garage de tu torre de Puerto Madero está lleno de esos... ¿Nunca te atrajo verles el culo cuando estan estacionados?

¿Cómo podés ser tan gil de suponer que alguien te va a creer que vos de autos no sabes nada?

Y lo otro:

¿Realmente crees que decir que manejas un Chevrolet Corsa te hace más digno y te corre del lugar de periodista corrupto en el que te metiste sólo?

¿Vos crees que al comentar eso la gente va a decir: Mirá Víctor Hugo, qué macanudo que es, ¡tiene un corsita como nosotros!?

¿Cuándo volvés al estacionamiento de la torre de súper lujo en la que vivís estacionás el corsita al lado del auto de qué vecino?

¿Qué auto tiene tu vecino de al lado?

¿No desentona con el decorado el corsita tuyo en el estacionamiento ese?

¿No te manifestaron tus vecinos que lo cambies porque no pega y les molesta a la vista? ¿Vos crees en serio que nosotros vamos a cambiar nuestra opinión de vos porque nos digas que manejás un corsita?

¿Vos crees que la gente es pelotuda?

Y otra cosa, que me quita el sueño y prometo que es la última:

¿En serio no sabés la marca del auto que manejás?

¿Cómo hiciste para comprarlo? ¿Lo compraste por correo?

¿Cómo hacés para meterte dentro del cockpit de ese misterioso auto cuando vas a trabajar? ¿Vas con los ojos cerrados y te lleva alguien para que no te tropieces como si se tratara de una inquietante sorpresa?

¿Le sacaron el logo de la marca del volante para que tampoco lo sepas dentro?






Víctor Hugo, hacete un favor, No trates de arreglar algo que ya está roto y que nunca se podrá reparar. Seguí laburando. Hablá por radio, apoyá al gobierno y hacé la tuya. Sos grande y merecés disfrutar de la vida. No inventes situaciones inadmisibles para quedar bien con la población. El tiempo es justo y sabio. Y si toda esta historia sobre los 10 palos verdes es una mentira, a la larga se sabrá, quédate tranquilo. Quizás se sepa cuando ya estés muerto porque a veces el tiempo tarda en dar su veredicto, pero al menos tus oyentes podrán volver a respetar a ese hombre que todos suponíamos que eras.

2 comentarios:

  1. Entonces yo que ni auto tengo he sido desterrado a la categoría de "POBRE" sin escalas? La pucha, qué poco le cuesta herir!

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